Uffff. Vamos vamos vamos. Qué s u s t o.
Salí del coche. La mochila colgando de un hombro. De pronto siento dentro de mi globo sideral, que pasa algo. Algo me falta. La cámara. Esas dos palabras vienen a mi como una catástrofe de magnitudes increibles. Creo que abro muchos los ojos. El corazón late más deprisa mientras intento recordar si la llevaba conmigo al salir del bar. Si me había acordado de cogerla! Doy la vuelta, creo que tengo los ojos más abiertos aún y empiezo a murmurar "madre mía.." mientras aligero el paso cruzo la cera llego al coche y tras varios intentos de meter la llave en la cerradura distingo la bolsa de la camarita de las narices en el suelo del coche.
Abro, la cojo incrustando las carnes en el retrovisor de otro coche, pues estoy en doble fila.
Casi la abrazo. Subo, llamo a la perra. Bajamos a la calle. Se me ha olvidado sobre aquello que quería escribir. Creo que estoy pálida. Unos gitanos se ponen a cantar sobre la música que sale de un 206.
Después está el tema de las camas, las chisteras, la prisa. Es demasiado uhhh.
Suena bien.
También debo decir que mientras Bx baja y sube escaleras sacando sus trastos de mi casa, los animales se han vuelto locos. El gato se ha escapado. Y Tula no para de bufar.
Yo me siento bien, aunque no sepa muy bien si debería. O qué.
: ) Y por lo demás, chachi.
Cuando el silencio me ahoga, enciendo la radio y me llegan de un planeta lejano voces que apenas comprendo: ese mundo tiene su tiempo, sus horas, sus leyes, su lenguaje, preocupaciones, diversiones que me son radicalmente extraños.
Simone de Beauvoir.
Olvidos y Traspiés
Jaleo
Me pesa tanto a veces la gente. Los zapatos, el pelo. ¿Qué somos?
El biólogo de grandes zapatos y yo, nos hemos cruzado hoy en la escalera. Me mira y le miro, suele durar más de un segundo, me parece demasiado tiempo. No sé qué tengo aquí, tal vez sea mi maleta invisible, el miedo a que se queme mi casa con todos mis papeles dentro. Pero cuando un biólogo de grandes bota te mira más de un segundo estate segura de que algo hay. Tal vez cierta cara de pez, o de comadreja. De animal nuevo. Con posibilidades de ser estudiado de cerca gracias al destino, que nos cruza en la escalera, en la puerta del vestuario, en la fotocopiadora.
Doy gracias por la luz, por los árboles que rodean mi casa. Por tus pies grandes aún por revisar.
Pero en eso estaba. Se me va el santo al cielo. El biólogo.
Luego está el farmaceutico. Sencillamente le pedirías que te sodomizara, pero luego te enseña la foto de su hija y tienes que apartar los miles de litros de saliva que emana su boca y entonces le pedirías que te hiciera una, una igual. Y que babeara todo el rato. Sobre tí, dentro de tí. En cualquier parte. Piensas en sábanas (no azules, eso sí) e idilios. En un romántico viaje con los lobos de Seamus aullando en la carretera o en el reproductor de cds.
Estaba mejor antes. Un día aquí, un día allá. Cada día gente diferente, tensión de desmayos con rigidez muscular y espasmos.
Beber cerveza en las cenas con el médico cubano, alabar a Fidel, entender las cosas. Sangre y más sangre en bolsas Baxter.
También compraba muchas cosas. Un cesto de mimbre, una marioneta de lana, bollos de este pueblo, ternera y embutidos en otro.
Estar con Joan el enfermero, el practicante de shiatsu que nunca me hizo un masaje y hablar de casas, viajes, posibilidades y estímulos. Reir dos horas en el asiento de atrás.
Hay hombres padre. Piensas que nunca podrás alejarte de ellos y sin embargo no haces más que correr en otra dirección. Ni siquiera la opuesta. Es como una carrera tonta, casi en círculos. La cuestión es mantenerse lejos. Claro que nunca lo he probado. Un hombre padre suena a pesadilla delirante o a sueño perfecto. Posiblemente por eso me asusta tanto. No hay término medio.
Somos un puzzle por armar. Tú y yo. Pero eso no significa que las piezas encajen.
Las máquinas hacen su trabajo. No vengas hoy, no vengas. No me llames hoy, no me llames. Fuera todo el mundo! Tula, vete a tu sitio por dios - esto con voz más cariñosa que la que lancé antes al mundo- pero por dios vete. Gato si pudieras trepar a un árbol y no estuvieras castrado podrías subir a los árboles y criar miles de gatitos callejeros. Algunos morirían, a otros los recojería un niño o un chico con novia recién comprada y acabarían castrados como tú, trepando por los sofás, con las uñas en peligro si vuelves a arañar esa puerta o a estropear la tapicería de la sillas. Qué horror las sillas tapizadas. Solo quiero madera, madera, madera.
(Y almohadones)
Como me gusta la primavera. El calor. Me exhalta tanto que los pulmones se me llenan y casi no puedo articular palabra. Me quedo sin palabras ante tanta belleza. Qué gusto sentirse a veces así, sin ponerle nombre a todas las cosas, sin intentar explicarlas.
Me gustaría poder lanzarlas sin comprometerlas. Pobrecillas.
Las palabras.
Pobre mujer la vecina de al lado. Es fea y vieja. Y está sola. Su hijo, de unos cincuenta años, vive con ella. Ayer estuvimos hablando en el descampado, mientras las perras jugaban a gruñirse. ¿Cómo podrá ese hombre liberarse? ¿Cómo podrá ella? Odio oir las voces en la escalera que dicen que la mujer que viene a limpiar se deja esto o aquello. -!Que no hay brillo en este patio señoras!- les gritaría yo. Que es un patio feo y gris de escaleras estrechas! Que está limpio! Que son unas cotillas feas señoras a las que alguien debería poner en su sitio!!
Y al mismo tiempo estan ahí. Tan frágiles. Tan humanas. Las besaría en los labios. Les daría un poco del sol que entra por la tarde en mi cocina. Les haría un plato de macarrones y me pondría en el papel de hija alegre y vital que vive en el extranjero y que vuelve diez días a casa cuando llega el buen tiempo.
También me gustaría darte algo que nunca hubieses tenido. Y que quisieras quedártelo.
Mi bisabuela se murió riendo después de pasar gran parte de su vida pensando en la honra y en la desgracia de no ser rica o famosa y tener caballos o tener un hombre que no hubiese muerto tan joven. Una embolia deliciosa, en los últimos días de su vida, la atrapó silenciosa y ya no pudo más que reir. Recuerdo su sonrisa de dentadura postiza en aquella habitación blanca. Y que al preguntarle - sabes quien soy?- soltó una carcajada y murmuró "la patri" y yo me fui al balcón a llorar, pero a ella no le importaba. Seguía sonriendo. Miles de árboles frondosos y verdes se movian y bailaban con el viento. Un hospital apartado, en la montaña. Solo para personas que mueren. Ya no luchan. Todo es tranquilo. Sabes por qué estás allí. Si puedes miras cuando de pronto lo que llaman la "mejoría de la muerte" te permite levantarte de la cama. O que alguien te acerque al balcón en la silla de ruedas. Y puedes hablar. Decirle a alguien que le quieres. O reir. Reir sin parar.
Se llamaba. Se llama Máxima.
miércoles, 30 de marzo de 2005 | Por safrika señorita a las 7:25 p. m. 0 pulsaciones
Ya no quedan principes azules!? Bueno, tenemos sábanas.
Me imagino unas sábanas así de azules, que se perfuman de aire limpio y cómo, después de extenderlas, frescas y en verano, nos tumbamos sobre ellas, desnudos. Follamos, hablamos. Yo recupero la belleza perdida, tu sudas y yo te lamo. En cierto modo me agujereas de mil modos distintos. Se plantean interrogantes pero los dejamos ir. Después de todo, es pronto todavía. Y es verano.. y.. tenemos sábanas azules.
Por safrika señorita a las 5:59 p. m. 0 pulsaciones
Érase una vez, el espacio, érase una vez, otros mundos...
Estaba pensando en ti. Preferentemente en ojos, cabellos, distancia de tus pies hasta tu ombligo.
Estaba pensando en todas esas cosas.
Una mujer compraba nachos en un Opencor este mediodía. Estaba sola. ¿Por qué lo veo en los ojos? Y en las zapatillas kike, y en el pelo enmarañado, tal vez la mirada un poco perdida.. En el Opencor creo que buscan a algunos cajeros de estos super tontos, que darían la vida por la empresa. Qué psicología tienen los del corte ingles. Hasta yo caigo, comprándome de camino al super para hacerme con un botellín de vinagre de módena, unos zapatos rosas raros en oportunidades. Si es que la propia palabra lo dice: Oportunidades.
Cómo dejar escapar una de esas!!? Parecerías tonto!!
Bueno. Puntualizo que generalmente no suelo caer en estas cosas pero los zapatos eran tan raros que merecían la pena aunque sean del corte inglés.
Después de saber que eran del opus, hace ya milenios, decidí no comprar más allí y en estos sitios. Igual que en otras grandes superficies, sobre todo después de trabajar en Carrefour durante cinco días entrando a las seis de la mañana saliendo a las diez y cobrando la miseria más grande del mundo. Claro que como podeis ver, las decisiones drásticas no son lo mío.
Y pienso en tu boca.. Podrías venir esta misma noche? Te estoy esperando siempre. La puerta está abierta, las piernas, los ojos, la boca. ¿Me desnudo demasiado deprisa? (eso dice mi madre) que enseguida vuelco las cajas dentro de la gente. Enseño todo porque a lo mejor en el fondo me gusto... será por eso. Porque sé lo que hay aquí dentro. Incluso todas las cosas feas tienen su encanto por lo locas y maltrechas. Por eso puedo escribir, porque quedan en mi espacios oscuros, nada siniestros, solo escondidos. Podría darlo todo. Sí pero si mereciera la pena. Lo demás es arriesgar demasiado ciertas bellezas...que no está hecha la miel para la boca del burro.
Me tiembla un poco el pulso y me molesta mucho. Hipocondriaca mujer, cálmate que no tienes parkinson.
Podrías llegarte (como diría cierto amigo sevillano) hasta aquí haciendo como si nada. Dejar paso a la espontaneidad. Le dijo el tuerto al que le faltaba un ojo.
Incoherencias in the night
martes, 29 de marzo de 2005 | Por safrika señorita a las 11:35 p. m. 1 pulsaciones
Una tarde de sol.
Una tarde de sol no es una canción de Manolo García? Maldita sea! Que manera de hacerse con frases tan simples, que son de todos y parece que de pronto pasan a ser propiedad intelectual de alguno.
Me va a explotar la cabeza. Supongo que hay cosas que deben solucionarse. Debo aclararme. Hacía años que no estaba tan confusa y no es nada divertido. Pero contra la confusión no hay que luchar, hay que vivir con ella para poder expulsarla. Para eso están los nudos, para ser desatados provocando quien sabe qué.
Me dicen que lo ponga todo en una balanza. Pero para esto no existe balanza posible.
Estoy genial porque hace buen tiempo y tengo manos y pies y la belleza que da cierta clarificación que habla de una misma. A lo mejor debería auto lanzarme al espacio lejos de todo lo conocido y empezar otra cosa.
Pero el amor y todas esas cosas que tienen que ver con árboles, perros, hijos, sonrisas...bueno puede que todo eso me retenga todavía un poco. O un demasiado. Ahora se trata de reconstruirse y esperar. Actuar. Sí, puede que esa sea la palabra clave.
Por safrika señorita a las 4:54 p. m. 0 pulsaciones
Me apetece tanto estar en la playa... y saltar...
Por safrika señorita a las 4:12 p. m.
Ya son casi las siete.. uh.
He bañado a Tula y le he secado el bienoliente pelo extra blanco con el secador mientras ella escondía el hocico. Es bonito lavar animales. Les pasa que no les gusta nada pero luego se sienten mejor. Mueven el rabo y dan saltos y algunos, hasta ladran!
lunes, 28 de marzo de 2005 | Por safrika señorita a las 6:44 p. m. 0 pulsaciones
¿Y estos zapatos tan sumamente extraños?
Por safrika señorita a las 1:57 p. m.
Lunes nublado.
Lunes infierno. Caminar despacio por el día para que se extienda y dure. Mañana todo habrá terminado: el sueño, los ojos azules, las soluciones, los placebo, el aire caliente de un calefactor blanco que trajiste de la casa en playa.
Todo termina, en cierto modo nos libera, siento la tristeza del que nunca está seguro, pero prefiere el precicipio de la duda a la calidez de una madriguera que no sabe si en realidad es la suya. Y luego está todo lo demás. Tan importante aunque tenga vetado hablar de ello contigo.
En mi cabeza, cuando me acuesto, cuando me despierto. Supongo que todo ello quiere decir ALGO.
Sin embargo a veces, cuando me miras con los ojos azules y extiendes tu mano y dices preciosa y noto la pureza de tu amor es cuando más quisiera quedarme para siempre, o tal vez alejarme deprisa, muy deprisa, a gran velocidad pues temo que, en una de esas, puedas atraparme o yo no quiera ya escapar de la comodidad entendida de tus manos o de la curva conocida de los gluteos.
Sandeces!!! ¿Qué me espera?
Averiguaré todo. Aunque me deje la piel en alguna habitación (de esas que cuando entras no sabes si acaso estarás solo una vez en tu vida) o aunque después hubiera querido entender las cosas de otra manera. Los ojos solo son ojos y sin embargo bien enfocados como el objetivo de una cámara.. todo lo ven.
Por safrika señorita a las 12:01 p. m. 0 pulsaciones
Hacía años que no sentía esa frase de "tierra trágame" de esa manera que parece que la frase se la haya inventado una.
Me siento como una quinceañera que se va a pasar el tiempo roja como un tomate hasta cumplir los treinta.
Parece mentira que me pasen estas cosas a mi.
Nada más avergonzante que echar por ahi confesiones que una no elige decir. Ni como, ni cuando, ni nada de nada.
Como se que lo vas a leer por dios nunca me comentes nada de esto sigue haciéndote el loco déjame que yo me haga la loca o moriré delante de ti.
O te fundiré las luces de todas las neveras de tu vida, ya sabes que esta es una amenaza más seria que cualquiera.
: )
Por safrika señorita a las 5:17 a. m. 0 pulsaciones
Saliendo de detrás de los ojos
Está la escalera directa al primer piso
los ojos que se entretienen en mordazas
está la familia, los pájaros en jaulas
los perros bien alimentados
la sensación siempre extraña de que
si somos los mismos
es por una inercia absurda
la sensación de que detrás de tu pelo
en la nuca
por ahí está lo que siempre
estuve buscando.
y sin embargo
se me escapa como trocitos
de algo precioso
de entre los dedos.
Por safrika señorita a las 3:24 a. m. 2 pulsaciones
Qué rico está un cola cao fresquito con toda la espumilla esta guarra por encima, tomado al sol, cerca de la ventana.
He pasado estos dias como si el mundo fuera a terminarse por fin. Mueren algunas cosas para dejar nacer a otras. Renacen ciertos instantes que alguna vez quedaron atrapados en los pliegues de mi ropa. Los dejo ir. Necesito estar sola.
Tengo tantas ganas de acariciar su pelo como de volar extendiendo los brazos. Si acaso pudiera.
Enamorarse suena estúpido pero yo se que hay algo aunque yo tienda a hacer las cosas enormes para adecuarlas a mi constitución de espalda ancha y tetas pequeñas.
Siempre hay alguien paseando al perro ahí afuera. ¿Las casualidades existen o todo es para llevarte alli donde debes ir? Tal vez debería correr contra el destino, inutilmente, como arrastrada por una estupidez pasmosa que sale de lo más profundo de mi ser humana.
¿Acaso no es lo que he estado haciendo hasta ahora? Creo que él se concentra en buscar algo en una fotografía. Posiblemente lo encuentra. Que piensa en grandes ciudades, en besos en penumbra.
Bueno, me da igual, ¿se me permite seguir siendo una imbecil por cierto periodo de tiempo?
Se aceptan preguntas aclaratorias a todo este embrollo.
La chica de gafitas que miraba a todas partes.
Otra de pelo rizado y nariz de loro casi hermosa
Una tía loca, ya sabes, un poco actriz.
Tus labios agrietados, una justificación a tiempo
Todo sirve para
Cambiar de idea en el último momento.
domingo, 27 de marzo de 2005 | Por safrika señorita a las 2:05 p. m. 2 pulsaciones
Palabras que no nos gustan.
Dime tus palabras odiadas pinchando aquí, voy añadiendo las que me enviais.
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