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Cuando el silencio me ahoga, enciendo la radio y me llegan de un planeta lejano voces que apenas comprendo: ese mundo tiene su tiempo, sus horas, sus leyes, su lenguaje, preocupaciones, diversiones que me son radicalmente extraños.
Simone de Beauvoir.







Jaleo

Me pesa tanto a veces la gente. Los zapatos, el pelo. ¿Qué somos?
El biólogo de grandes zapatos y yo, nos hemos cruzado hoy en la escalera. Me mira y le miro, suele durar más de un segundo, me parece demasiado tiempo. No sé qué tengo aquí, tal vez sea mi maleta invisible, el miedo a que se queme mi casa con todos mis papeles dentro. Pero cuando un biólogo de grandes bota te mira más de un segundo estate segura de que algo hay. Tal vez cierta cara de pez, o de comadreja. De animal nuevo. Con posibilidades de ser estudiado de cerca gracias al destino, que nos cruza en la escalera, en la puerta del vestuario, en la fotocopiadora.
Doy gracias por la luz, por los árboles que rodean mi casa. Por tus pies grandes aún por revisar.
Pero en eso estaba. Se me va el santo al cielo. El biólogo.
Luego está el farmaceutico. Sencillamente le pedirías que te sodomizara, pero luego te enseña la foto de su hija y tienes que apartar los miles de litros de saliva que emana su boca y entonces le pedirías que te hiciera una, una igual. Y que babeara todo el rato. Sobre tí, dentro de tí. En cualquier parte. Piensas en sábanas (no azules, eso sí) e idilios. En un romántico viaje con los lobos de Seamus aullando en la carretera o en el reproductor de cds.
Estaba mejor antes. Un día aquí, un día allá. Cada día gente diferente, tensión de desmayos con rigidez muscular y espasmos.
Beber cerveza en las cenas con el médico cubano, alabar a Fidel, entender las cosas. Sangre y más sangre en bolsas Baxter.
También compraba muchas cosas. Un cesto de mimbre, una marioneta de lana, bollos de este pueblo, ternera y embutidos en otro.
Estar con Joan el enfermero, el practicante de shiatsu que nunca me hizo un masaje y hablar de casas, viajes, posibilidades y estímulos. Reir dos horas en el asiento de atrás.
Hay hombres padre. Piensas que nunca podrás alejarte de ellos y sin embargo no haces más que correr en otra dirección. Ni siquiera la opuesta. Es como una carrera tonta, casi en círculos. La cuestión es mantenerse lejos. Claro que nunca lo he probado. Un hombre padre suena a pesadilla delirante o a sueño perfecto. Posiblemente por eso me asusta tanto. No hay término medio.
Somos un puzzle por armar. Tú y yo. Pero eso no significa que las piezas encajen.

Las máquinas hacen su trabajo. No vengas hoy, no vengas. No me llames hoy, no me llames. Fuera todo el mundo! Tula, vete a tu sitio por dios - esto con voz más cariñosa que la que lancé antes al mundo- pero por dios vete. Gato si pudieras trepar a un árbol y no estuvieras castrado podrías subir a los árboles y criar miles de gatitos callejeros. Algunos morirían, a otros los recojería un niño o un chico con novia recién comprada y acabarían castrados como tú, trepando por los sofás, con las uñas en peligro si vuelves a arañar esa puerta o a estropear la tapicería de la sillas. Qué horror las sillas tapizadas. Solo quiero madera, madera, madera.
(Y almohadones)

Como me gusta la primavera. El calor. Me exhalta tanto que los pulmones se me llenan y casi no puedo articular palabra. Me quedo sin palabras ante tanta belleza. Qué gusto sentirse a veces así, sin ponerle nombre a todas las cosas, sin intentar explicarlas.
Me gustaría poder lanzarlas sin comprometerlas. Pobrecillas.
Las palabras.

Pobre mujer la vecina de al lado. Es fea y vieja. Y está sola. Su hijo, de unos cincuenta años, vive con ella. Ayer estuvimos hablando en el descampado, mientras las perras jugaban a gruñirse. ¿Cómo podrá ese hombre liberarse? ¿Cómo podrá ella? Odio oir las voces en la escalera que dicen que la mujer que viene a limpiar se deja esto o aquello. -!Que no hay brillo en este patio señoras!- les gritaría yo. Que es un patio feo y gris de escaleras estrechas! Que está limpio! Que son unas cotillas feas señoras a las que alguien debería poner en su sitio!!
Y al mismo tiempo estan ahí. Tan frágiles. Tan humanas. Las besaría en los labios. Les daría un poco del sol que entra por la tarde en mi cocina. Les haría un plato de macarrones y me pondría en el papel de hija alegre y vital que vive en el extranjero y que vuelve diez días a casa cuando llega el buen tiempo.
También me gustaría darte algo que nunca hubieses tenido. Y que quisieras quedártelo.

Mi bisabuela se murió riendo después de pasar gran parte de su vida pensando en la honra y en la desgracia de no ser rica o famosa y tener caballos o tener un hombre que no hubiese muerto tan joven. Una embolia deliciosa, en los últimos días de su vida, la atrapó silenciosa y ya no pudo más que reir. Recuerdo su sonrisa de dentadura postiza en aquella habitación blanca. Y que al preguntarle - sabes quien soy?- soltó una carcajada y murmuró "la patri" y yo me fui al balcón a llorar, pero a ella no le importaba. Seguía sonriendo. Miles de árboles frondosos y verdes se movian y bailaban con el viento. Un hospital apartado, en la montaña. Solo para personas que mueren. Ya no luchan. Todo es tranquilo. Sabes por qué estás allí. Si puedes miras cuando de pronto lo que llaman la "mejoría de la muerte" te permite levantarte de la cama. O que alguien te acerque al balcón en la silla de ruedas. Y puedes hablar. Decirle a alguien que le quieres. O reir. Reir sin parar.
Se llamaba. Se llama Máxima.

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Palabras que no nos gustan.

Dicotomía. Realidad. Arritmia. Procesar. Ajenjo. Raquítica. Enclenque. Bótox. Enjundia. Idiosincrasia. Hiperventilar. Colación. Miedo, ansiedad, lexatín, bajón, sola, gorda, siempre, otra. Madrastra, hijastro, mujerzuela, epíteto, bofe, cachicamo, sarro. Reglosa. Hermenéutica, Diacrónico y sincrónico, epocal, epistémico/ca. Padre, Madre, Pescado. Instruir, pollito, anémona, libertinaje, zozobra. Pretension, desproposito,recelo, celos, posesión, cargo, despedidga, grande, dependencia, soledad, menosprecio, descompás, murmullo, barullo, .....ismo. Referente. Hagiografía. Solidario. Válido. Implementar. Proyecto. Orgánico. Felicidad. Zote. Crematístico. Cuchipanda. desilusion, desamor, rutina, hipocresia, maltrato, ansiedad, depresion, vacio, muchedumbre, hambre,























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