Dice mi padre que nunca voy a verles, que los domingos ignoro
la reunión familiar y que a saber qué cosas hago y por qué evito y que por qué
-me pregunta-
ni siquiera me sonrojo.
Mientras enciendo un cigarrillo.
En el trabajo todos preguntan por el viaje a Marruecos y yo viajo con cada pregunta
otra vez allí, ya sabeis a mi cualquier lugar, o casi, me parece mejor
que éste a las siete
de la mañana. Y planeo otros recorridos (el triángulo dorado)
empezando por Delhi.
Suena el teléfono y mi mejor amiga sufre un colapso, sus piernas no la sujetan
yo miro la hora y tiemblo.
La una
y media.
Ahora a trabajar, otra vez.
No me siento mejor
que ayer.
Cuando el silencio me ahoga, enciendo la radio y me llegan de un planeta lejano voces que apenas comprendo: ese mundo tiene su tiempo, sus horas, sus leyes, su lenguaje, preocupaciones, diversiones que me son radicalmente extraños.
Simone de Beauvoir.
Mi amiga Alicia me ha hecho una entrevista que podéis leer aquí
Por safrika señorita a las 7:00 p. m.
Un mediodía súbito.
Un temporal de sol, andas reflejándote
en la pantalla del televisor viejo,
tras la pared están tus vecinas, esas
señoras siguen implorando zapatos caros y van adorando
a esas benevolentes
Damas de la programación en cualquier canal privado
Abren más y más los ojos, estirando el cuello fláccido,
es lo que quieren:
Una joya o un despiece de animal
muerto.
Un mediodía de hamburguesas me he sentado en un banco
Un temporal de sol en la mejilla, ignoro con gafas de sol
la belleza de una hoja
las ráfagas de metralla y polvo.
Su muerte y su caída no es justa, es primavera y
Desollarse así contra la pared de la farmacia
Comprender como salida el estupefaciente.
Plantar aquí y allá sonrisas como bulbos.
Se muere la mañana, te decía, un temporal de sol en la escalera
Se ha vengado en las ventanas ha hecho explotar los cristales
Dentro de mi hay pasajes a latinoamérica, canciones tristes,
Un padre malicioso y una madre díscola. Creerás que miento cuando
Digo que la tristeza es en mi un revuelto de calles y bicicletas
Cuando salía los viernes por la tarde en dirección a la muerte que
Disfrazada de chicos fumando en plata
Nunca
Nunca
Supo
Encontrarme.
Por safrika señorita a las 6:51 p. m.
Autopsia II
Es así como me siento, te diría.
Con ganas de pedirte que
Diseccionemos éste cuerpo.
Pongamos sobre la mesa esos brazos, te diría
mira los míos, están
temblando
descompuestos en una enfermedad de huesos que no callan
de urgencia hospitalaria y música para cleptómanas
después
Juntando las manos con destreza que parezca
que rezamos.
Diseccionemos éste cuerpo yo sé que tiene pedazos
de belleza rotos en el hueco de los hígados.
Y materia gris ahora negra.
Mirémoslo, por dentro. En sus cavernas tiene ojos
que caen pintados, y se arañan con esas uñas
blandas
los recién
nacidos.
Para qué hablar de la distancia
entre los órganos.
Y la sangre cuarteada y blanca
como leche agria bebida
más tarde.
Por safrika señorita a las 10:42 a. m.
Etiquetas: Preparados para la nieve
Cuando pienso en desandar el camino
recorrido a tu lado, un nido de palomas nauseabundas aparece en
mi sien y se corren las cortinas como en un velatorio en el que
niegan la evidencia
las familias.
Cuando pienso en desandar el camino
recorrido a tu lado una sustancia hierve en las ventanas
la casa flota en un limbo de pereza y señoras antipáticas
el camino hasta el trabajo es el camino hacia la mismísima muerte
con ruedas y edificios que planean como cazas.
Cuando pienso en desandar el camino recorrido
a tu lado y en las pequeñas cosas que son la felicidad como un beso sabor
café un rizo entre los dedos un viaje en coche abrazados durante horas
ese protegernos del frío con pequeños gestos hermosos de lazos y
pies, qué diría, cuando pienso en desandarlo y en
qué digo
en realidad no quiero pensar
en ello, no quiero hacer un poema que
conteste el tuyo, lo que ocurre es que
nunca quiero dejar de acompañarte.
Eso soy entonces, tu compañera.
Y en la palpitación, en la náusea, un
grito de grillos mostrando los dientes
el pecho con rejas, felicidad que
pende de un labio.
Por safrika señorita a las 10:41 a. m. 2 pulsaciones
Práctica habitual.
Te estás machacando tontamente.
En la esquina no hay nadie más, y no deja de ser una ventaja que él no pueda comentarlo con otros. Hay que pensar en positivo. Qué ridícula pareces con todas esas llaves en la mano, sin encontrar la que abre el pitón de la moto. Y él ahí, en la puerta de la tienda mirándote con media sonrisa. Mirándote como quien ve cagar un pájaro y se maravilla de la naturaleza y sus misterios. Empiezas a ponerte roja. Seguro que hay venas capilares que hasta hoy pasaban desapercibidas pero están viniendo para que parezcas aún más patética. Y él sigue sin quitar la vista de tus manos nerviosas que no logran, ahora que has encontrado la llave, abrir la cerradura. Quieres parecer grácil y resolutiva, y chica, estás quedando fatal. De lo más torpe, qué poco encanto. Preferirías desmayarte. Fíngelo te dices y ahí vas de pronto al suelo, no piensas demasiado, no importan los chicles masticados por vete a saber quien, recientes o no, ni el polvo negro de una ciudad sepultada. Te lanzas al suelo. Estás pirada te dices mientras tu cabeza golpea con precisión en el asfalto y al mismo tiempo él que se abalanza. No hay nadie más, eso ya lo sabes tú. Él te recoge a medias levanta tu cabeza te da un par de ostias. Las ostias te saben a jarabe celestial. Entreabres los ojos despacio, como si estuvieras volviendo al mundo después de una travesía imprecisa, los abres y miras extrañada, lo miras todo extrañada. Recuerdas cuando te desvaneciste de dolor sobre la cama, un dolor de muelas tan terrible que te tumbó. Recoges lo aprendido y lo aplicas. Él sonríe ahora que tú le miras fijamente como si no le conocieras de nada.
- Hay que ver Marta, te pasa cada cosa.
Te ayuda a incorporarte y tú le cantas las cuarenta. Que si encima de que te desmayas tendrá él que quejarse. Que qué lástima que no hubiera otra persona cerca, que sientes haber perturbado su paz de los miércoles a esta hora y que de todas formas la próxima vez, procurarás caer desfallecida fuera de su perímetro visual.
Él se ríe mientras te da las llaves que dejaste caer afectadamente en el momento del fatal desmayo. Después te mira raro mientras sacude tu ropa de polvo, entorna así los ojos que a ti te parecen como gigantes puertas que se abren y se cierran dejando paso por milésimas de segundo, a lo que intuyes es el más puro placer existente. Va a besarte. No te apartes, mujer. Te quedas quieta y se acerca, pero te dice al oído.
- Sé que lo has fingido, el desmayo, y por eso voy a hacerlo. Voy a besarte.
Tratas de apartarte tienes cara de estar muerta de vergüenza pero él se adelanta y te besa con lengua. Ahora sí que te flojean las rodillas. Sientes una mezcla de pánico y amor, una humedad en las axilas y las ingles.
Te desmayas con el manojo de llaves apretadas en un puño.
jueves, 6 de marzo de 2008 | Por safrika señorita a las 12:29 a. m. 13 pulsaciones
Etiquetas: Cuentos
Mi novio hidrófugo, suele enfadarse cuando el vapor
se vuelve niebla y bebe café, un café malísimo algo que podría
destrozar a cualquiera, pero él es
fuerte y noble, a veces se reduce como el vinagre al fuego
o crece en hilera como un abecedario o un adagio
y
me molesta con sus pies afilados o en el pánico del adiós cuando en
penumbra de recibidor
discutimos sobre cuentas o esbozos
sobre derechos y límites, nos consentimos cosas que a nadie más.
mi novio instruido en todo lo que se sostiene y labrando esta tierra
comiendo este pan.
Fumamos juntos a las dos del domingo, preparamos el almidón para
destrozarlo, alojamos la misma inteligencia.
Queremos un gato.
lunes, 3 de marzo de 2008 | Por safrika señorita a las 5:57 p. m.
Etiquetas: Preparados para la nieve
sin poster de bruce lee
sin mallas ajustadas
con un montón de mierda a la espalda
el mundo esta lleno de gilipollas
y además este terrorismo extraño
singular
contra
uno
mismo.
Por safrika señorita a las 5:44 p. m.
Tenemos toda la vida por delante.
........Todo lo demás está comprobado.
Todo menos los pequeños trozos de papel
Rasgado en el cenicero.
Cosa tuya, supongo. Tenemos suerte
esa suerte del principiante,
todavía
hay abundancia de alimentos en el frigorífico
Como si conmemorásemos el nacimiento del placer
abrimos y cerramos las puertas blancas, la piel en la nuca
de pronto tensa, nos miramos riendo
y no habitamos en el horror ni en el adversario,
Tenemos el resuello de los héroes,
no nos molesta ya
la flaca verbigracia de las niñas y sus paréntesis
ni ese aire tremendo de agotamiento en las cortinas
Autoritarias y voraces, levantando sus lenguas
Solicitando
Por defecto.
También los libros educados por colores
El ritmo del sol en la cocina por la tarde
Y la lógica dialéctica de un enfermo
Muy
Enfermo.
Y la porción de un abismo apagado en la bola
Del mundo.
La contienda del azar, las puertas con sus candados
Los pasatiempos del periódico el orgullo de un pájaro
El ojo como un hueso clavado en la garganta.
Éste vínculo de articulaciones por la noche y en la
Cama.
Los mensajes morse de unos párpados que tiemblan.
Por safrika señorita a las 5:25 p. m. 4 pulsaciones
Palabras que no nos gustan.
Dime tus palabras odiadas pinchando aquí, voy añadiendo las que me enviais.
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