Dice mi padre que nunca voy a verles, que los domingos ignoro
la reunión familiar y que a saber qué cosas hago y por qué evito y que por qué
-me pregunta-
ni siquiera me sonrojo.
Mientras enciendo un cigarrillo.
En el trabajo todos preguntan por el viaje a Marruecos y yo viajo con cada pregunta
otra vez allí, ya sabeis a mi cualquier lugar, o casi, me parece mejor
que éste a las siete
de la mañana. Y planeo otros recorridos (el triángulo dorado)
empezando por Delhi.
Suena el teléfono y mi mejor amiga sufre un colapso, sus piernas no la sujetan
yo miro la hora y tiemblo.
La una
y media.
Ahora a trabajar, otra vez.
No me siento mejor
que ayer.
DÍAS DE HAMBRE Y ROSAS por PEDRO GONZÁLEZ POLLEDO
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DÍAS DE HAMBRE Y ROSAS
Adelante y atrás por el camino,
en autostop, sin billete en los trenes,
en una mochila todos mis bienes
y la carretera como destin...
Hace 4 días