Otras veces sueño con una enredadera de nombre oriental, y
con los brazos y los ceniceros repletos, me muestro séptica porque
el juicio se me escapa como un melocotón que se pudre, los dedos se
marcan con cierto asco de supermercado, con alquiltran y carros sobre
la fruta,
hay veces que también aparece un hombre bárbaro, y lo vivo con
claustrofobia, una que se piensa, aliviada, pues logré salvarme a tiempo y
sueño con rectángulos y sus manos sobre esos pechos enormes, sus manos
horadando un culo tremendo, mientras una mujer tórtola no jadea, sólo
mira la pared con fotos del viaje pegadas, y él tiene sacos bajo el colchón.
La orientación de mis cosas tiene poco que ver conmigo, ¿qué son estas
prolongaciones falsas? A veces recorro nuestra historia con tan poca
delicadeza, imagino el último día atado con cordeles rojos y papeles, tendrás
que decirme adiós porque una mujer tórtola vuelve de esperarte, y mientras tocas su
culo
yo retrocedo cuatro pasos, sólo cuatro, lo justo para poder volver a
casa, mientras llueve y poner un disco.
Te vas tan rápido, y llegas a tu nuevo
domicilio
(otra mujer, otra decoración)
con los zapatos mojados, pisoteando
las
alfombras.
DEL FONDO: Ya a la venta en Underdog Ventures.
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“Del fondo” surgen las visiones más aterradoras, pero también más
fascinantes. Surgen las preguntas más angustiosas, pero también las
respuestas más nece...
Hace 2 días
5 pulsaciones:
¿Sabes qué me encantaría? Dormir contigo y que me leyeras poemas en la cama mientras voy quitándote la ropa y...
¿Para cuándo comentarios más acordes con lo que se publica aquí? La verdad es que no lo entiendo!!!
...¡uy, el hombre bárbaro! Sí que da un poco de claustrofobia, tienes razón. La orientación de esas cosas tiene muy poco que ver contigo.
El caso es que iba a hacer otro comentario, pero después de abrir esta ventanita me distraído un poco leyendo y se me ha escapado el hilo de lo que iba a decir.
En fín, no se si desearte dulces sueños. Estos resultan muy entretenidos de leer.
Un saludo.
Y paciencia con el hombre bárbaro.
He visto tu cuento práctica habitual en otro blog. Pobrecilla el desmayo final.
Suerte y sigue así y no te ofusques con los tontos
Andrea
Sigo leyéndote, que conste.
Y sigues mejorando cualitativamente
Besos.
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