Cuando aspiras y mantienes el cinturón abrochado, siempre un agujero más
como si sentirse apretado fuera una forma, como otra cualquiera,
de asirse al mundo.
Un regalo en una revista mensual, y saltas con gafas nuevas, te empeñas
en que te interese, de algún modo, la cosmética y la moda, en realidad es
ser otra persona, con la piel lisa y algún modelo apropiado para cada ocasión,
una suerte de famélica hembra, que empieza por hacerse valer en el mundo
de la literatura y los recitales performance.
Después está que no te aclaras, te miras al espejo y ves belleza, y te miras y ves
un monstruo extraño, una cara deformada, un vientre hinchado y la maldad.
Y el asesinato.
DÍAS DE HAMBRE Y ROSAS por PEDRO GONZÁLEZ POLLEDO
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DÍAS DE HAMBRE Y ROSAS
Adelante y atrás por el camino,
en autostop, sin billete en los trenes,
en una mochila todos mis bienes
y la carretera como destin...
Hace 2 días