Juntas las manos mirando a la luz, expones la cara, un somnoliento perro de angustia, van ahí las tardes de lluvia, tú, pensando, estresado, en canciones tristes te revuelves el pelo una mejilla hinchada la resurrección de la carne en tu motor de riego, escampa la luz, sortea un pasillo un vehículo y esta vena, el amor en el aire, un signo de extravagancia, por ejemplo,
sería caer y no
levantarse.
DÍAS DE HAMBRE Y ROSAS por PEDRO GONZÁLEZ POLLEDO
-
DÍAS DE HAMBRE Y ROSAS
Adelante y atrás por el camino,
en autostop, sin billete en los trenes,
en una mochila todos mis bienes
y la carretera como destin...
Hace 6 días