Esta mañana es casi por la tarde, y perecen los pájaros despistados, ateridos
por un frío sorprendente y humedad de cañería.
Todo es gris, y la lluvia estancada ahí arriba espera
que salgas de casa sin paraguas y con la maleta llena de papeles importantes.
Mirando por la ventana veo camiones y
quería decirte que sólo un beso tuyo puede salvarme de la incoherencia que le es
inherente a las poetas maniaco
depresivas
que en tu olor está el mismo Caúcaso y todos los veranos del mundo y las
vacaciones y el norte de África.
Que encima de la mesa tengo los cigarrillos y el café, miro muy fijo
la pantalla del ordenador, tratando de ordenar las palabras para decirte diferente
lo que siempre te digo, y podría dejarlas rodar cuesta abajo como
una avalancha de señoras a punto de quitarse las bragas, y podría meditar un
poco y medir la métrica o no hacer nada,
que a veces es lo más práctico y al final
lo que queda es un poema malo yo secándome las lágrimas
que caen tras un
bostezo y el café parece
no tener cafeína, todo para decirte
que los colores del día parecen sepultados por septiembre
que parece que va a llover, está esperando a que yo salga, que
traté de dibujarte sin éxito, que el café ya está frío
que el café ya
está
frío que
el
café
ya
está
muy pero que muy
frío.
Y pondré un post it tapando este poema que diga te quiero...
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