Enfrentar la propia fealdad ante el espejo, viendo en la mentira:
la pasión, el enredo, la novela,
el incomensurable vacío de unas fauces muertas que se hacen llamar
YO.
Enfrentar el pasado golpeando, grandes golpes, el presente solapado.
Enfrentar las ventanas cerradas, escuchar el corazón sano, palpitante
bello y oscuro, que retorna como
vicio casual
similar al de espiar mientras duerme, observar cada cabello
y el movimiento de las manos al pasar las páginas de El Danubio.
La orientación del humo que exhala al fumar, quemando en la imaginación
con más humo. Y desmenuzar todas esas
fotografías mentales, modificarlas para la masturbación
cuando se marcha y entre las sábanas gastadas y sucias
lloro y me taladro, transformando la rabia, la frustración, el empeño de ser algo
de ser
valiente, huesuda, cerda, francesa o sencillamente "ella"
(algo que nunca seré)
Husmear en la intimidad con contactos y videos porno y algún que otro
"te echo de menos" lanzado a finales de noviembre con la facilidad con la que
escupe
te quiero (oh eso debería estar prohibido en un poema)
Y yo todo el tiempo preguntándome, mientras estas cosas suceden y mueren
por qué sigue ahí, dándome lo que quiero en vasitos de plástico como si se tratara
de metadona y sus manos y su polla fueran un dispensario.
Y yo una imbécil, una imbécil que nunca debió salir
de su tupperware.
DEL FONDO: Ya a la venta en Underdog Ventures.
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“Del fondo” surgen las visiones más aterradoras, pero también más
fascinantes. Surgen las preguntas más angustiosas, pero también las
respuestas más nece...
Hace 2 días