Desaparecería. Si con eso consiguiera ganar esta batalla y recuperar mi nombre y mi franqueza. Alzarme ante el aire irrespirable y la decadencia del cuerpo. Desaparecería, opción con la que salir airosa de una situación que me supera. Tal vez, si fuera distinta, ¿verdad? Si no fuera yo, si fuese otra, entonces me querrías y yo, me querría y nada, nada, sería igual. Siempre sería mejor.
Por un segundo comprender lo que hierve de esta trágica forma dentro de mi: las ganas de correr, de desvanecerme, de acabar con todo de un modo que parezca valiente, de encerrarme y no salir ya nunca, nunca, nunca.
Ni soy tan transparente como quiero hacer creer, ni soy nada de lo que quiero hacer creer.
Quiero vivir en el campo, leer a la sombra, tener hijos y mirar todos los días a mi lado y sentirme bien. Segura.
Segura.
Eso es todo.
LA LABOR DEL TERMINATOR: Tomás Soler Borja.
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*Tríptico al óleo del alma humana *
Cuánto de lascivia, de onanismo
público, indisimulado, cruel
y tantas veces goloso
en los poetas y sus cantos
―d...
Hace 1 día