(Texto sin conclusión ni pretensión)
¿Podéis creerlo? Este dolor de no ser quien soy es más profundo cada segundo. Este dolor de no saber dónde estoy es más extraño a cada paso que doy. Y es infatigable mi manera de andar, podeis estar seguros. Arriba y abajo, por el viejo cauce del río o en mi propio barrio, no puedo parar. Andar, andar, andar.. Suelo llevar los bolsillos vacíos de cosas y guardo todas mis pequeñas y útiles pertenencias en una típica mochila de piel marrón, con hebillas de chatarra y algún parche con dibujos étnicos que dicen lo hippie que soy. Y cómo me gusta ignorar la procedencia de la piel de mi mochila. Y de mis zapatos, todo sea dicho. Y del cinturón.
Nunca llevo cinturón, creo que mis pantalones nunca han necesitado un elemento adicional para sostenerse sobre mis caderas o agarrarse a mi cintura. Soy de esas a las que cuando se sientan, el michelín les sobresale un poco por encima de la cinturilla de los vaqueros, y en momentos post atracón también por los lados, aunque esto es mucho más sutil, por supuesto.
En general amo y odio a todo el mundo con extraña facilidad, combinando estos dos sentimientos de maneras realmente sorprendentes, con intensidad y poco seso.
No creo que toda gloria sea pasajera. Nunca lo he creído. Creo que es un dato que era necesario añadir puesto que al parecer soy un ejemplo vivo de que presumiblemente toda gloria sí que es pasajera. Debería, hoy por hoy, decir, que las pupilas me brillan y que mi pelo tiene la longitud perfecta. Mi inteligencia es cada vez mayor, así como mi madurez y equilibrio. Mis pechos se sostienen con los pezones siempre vigilantes y conduciendo soy sagaz y oportuna como una detective de televisión.
Adoro el pequeño sofá en el balcón y el sol a media tarde, el calor delicioso mientras leo y fumo, una calada diez versos.
Me siento como una gran mujer, en una grandísima mierda de época, con posibilidades de reencontrarse y aprenderse, con la barbilla alta, la frente cero marchita y el corazón en un puño a punto de caer al fuego desde la sartén.
(Visceras humanas. Deberías comerlas. Te va ese look carroñero y fatal. Como si no pudieras contener tus instintos. Es que eres un bruto.Un animal. Un bestia. No se si es lo que yo quiero ver o lo que tú quisiste mostrar porque había algo que te decía que tenías que METER METER METER SACAR SACAR SACAR.)
Proximamente haré un recorrido por toda la península en el que podrán admirar mi nueva vida e invitarme a probar los vinos de su tierra o los platos típicos con que se honra al visitante.
Hasta entonces.. .
Seguimos en la cámara de aislamiento.
LA LABOR DEL TERMINATOR: Tomás Soler Borja.
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*Tríptico al óleo del alma humana *
Cuánto de lascivia, de onanismo
público, indisimulado, cruel
y tantas veces goloso
en los poetas y sus cantos
―d...
Hace 1 día
2 pulsaciones:
Puff, me cansa tu "autenticidad" tanto la de ahora como la de antes :(
lo mejor que has escrito nunca...
tomo nota.
besitos
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