Todas las frases que debí decirte duermen mutiladas
en mi corazón enfermo.
Una manada de lobos me está devorando,
entro en coma hundiéndome, cada vez asentada
más profundamente en la tierra,
yo querría vivir
después de la muerte.
Me conducen estos extraños cables eléctricos
y las baldosas se rompen cuando las piso
y el ascensor se bloquea en el segundo
y todos los demás
parecen brillar lejos en algún punto
geográfico y absurdo.
Estoy muriendo desde que me di cuenta
de que a eso precisamente
he venido.
DIEGO VASALLO, TRAYECTORIA DE UNA OLA por PABLO CEREZAL
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[...] este artefacto poético al que te asomas, nace de la libertad y el
respeto de dos artistas, dos géiseres creativos e incansables que no
transigen,...
Hace 1 semana
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