Soy el Danubio, ¿recuerdas
a los vasallos ridículos como padres de papel
reptando hacia la hondonada practicamente desnudos?
Soy la ballena alada, recuerdo los pequeños
microlitos que lanzábamos en la orilla, un río pequeño
agua fría, recuerdo la hondonada helada después de un tiempo
demasiados rizos y espaldas moteadas.
¿Tú te acuerdas de la música molesta a los vecinos?
Hay una fotografía en el parque y un señor y una niña
orgullosos de corresponderse.
¿Recuerdas soplar las velas con un atisbo de
ser todopoderoso? Hay veces que se comunican
los vasos ciegos y respiramos sumergidos.
No hay nada que pueda decir. Letras en el baño,
estar tarde en la mujer que espera, no acordarte de
ella y de lo que quiere hacer cuando se apagan las luces.
Saber que la vida es un plato que se come frío.
DIEGO VASALLO, TRAYECTORIA DE UNA OLA por PABLO CEREZAL
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[...] este artefacto poético al que te asomas, nace de la libertad y el
respeto de dos artistas, dos géiseres creativos e incansables que no
transigen,...
Hace 1 semana
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Cuando te leo, no estoy solo. Lo sé, no es una certeza, es más una sensación, acaso la ilusión de lo que puede llegar a ser esa emoción de querencia, no estar solo, pero me penetra con la firmeza misma de un pensamiento, que cuando te leo, tú me hablas y yo te escucho y no estoy solo.
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