Seis minutos ganados a la muerte de las baterías, y cigarrillos en cajetillas metálicas.
El ordenador en modo economizador, la cerveza que no llega y una música de trompetas. Nunca me gustó que nadie caminara detrás de mi. Por la acera es algo que me supera, una manía extraña que me impide, de verdad, tener gente andando detrás si no es a una distancia muy prudencial. Yo lo achaco a una muerte violenta y por la espalda en alguna vida pasada. La cerveza no llega, tengo hambre. He buscado dinero por la casa porque quiero pedir, además, algo de comer. Últimamente estoy triste, aunque esta semana he mejorado a la fuerza. Uno a veces tiene que mejorar porque no queda otra que hacer esto o hundirse totalmente. Hundirse totalmente es, en todo caso, la peor opción, así que escogemos entre lo que no nos apetece y lo que nos apetece menos.
El otoño es una estación horrible. Ando por ahí con vestido de verano y chaqueta de invierno, de pronto botas de pronto sandalias. Frío y calor en la ciudad, dolores varios acechando, alguna palpitación fuera de lugar. Típico relacionar los episodios de ansiedad con estados hipocondríacos y con el frío azul del cielo también en modo economizador. Amigos que siempre quedan “para mañana”, reparaciones eléctricas, llamar al fontanero.
Sólo me apetece hacer algo nuevo
DEL FONDO: Ya a la venta en Underdog Ventures.
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“Del fondo” surgen las visiones más aterradoras, pero también más
fascinantes. Surgen las preguntas más angustiosas, pero también las
respuestas más nece...
Hace 2 días