Solía mirar a mi madre enferma de anginas en la cama siempre
se le aplastaba tanto el pelo por detrás, de estar tumbada, que
identifiqué eso con la enfermedad y si en el autobús alguien acababa
de levantarse de la siesta por ejemplo, y tenía el cabello apelmazado contra
el cráneo me parecía que o bien, iba a morir o tal vez
ya estaba
muerto.
PELÍCULAS QUE ERIZAN LA PIEL: Prólogo de Jorge González del Pozo.
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Especialmente apto para todos los públicos:
El contrapunto y la pasión por el cine
de Vicente Muñoz Álvarez
El pulso de Vicente Muñoz Álvarez se hace nota...
Hace 6 días
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Me encanta.
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