Solía mirar a mi madre enferma de anginas en la cama siempre
se le aplastaba tanto el pelo por detrás, de estar tumbada, que
identifiqué eso con la enfermedad y si en el autobús alguien acababa
de levantarse de la siesta por ejemplo, y tenía el cabello apelmazado contra
el cráneo me parecía que o bien, iba a morir o tal vez
ya estaba
muerto.
FOTOGRAMA DE UN INSTANTE por MAICA BERMEJO MIRANDA
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La mano, pequeña y blanca, descansa laxa entre los dedos morenos del hombre
que viaja a su lado. Los dos, relajados, se dejan mecer por el suave
traquete...
Hace 9 horas
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Me encanta.
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