Pero después (y ésto que quede entre tú y yo)de decidirlo, soltarme el pelo y descalzarme antes de poner los pies en la alfombra (en esto ambos somos bastante cuidadosos) te vuelves como se vuelven los que sueñan con palmeras, más allá de las chicas que se marean con tanta tristeza, y te vuelves, el pelo es rizado como un vertido de hojas, y me quedo ahí sin saber dónde tirar la ceniza, con medio cuerpo flotando al otro lado del colchón y suprimiendo la orfandad, gritando hacia dentro como grito en sueños, sin poder articular ni vencer al sumidero. Se supone que la tarde es larga y ducharme se está convirtiendo
en una
prioridad.
DIEGO VASALLO, TRAYECTORIA DE UNA OLA por PABLO CEREZAL
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[...] este artefacto poético al que te asomas, nace de la libertad y el
respeto de dos artistas, dos géiseres creativos e incansables que no
transigen,...
Hace 2 semanas
3 pulsaciones:
El amor y tú en el centro de la vorágine, quién fuera él.
Sí pero ésto no lo lee ni dios.. igual eres la única persona..
Yo lo leo..¿Kafka?
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