La que hubiera podido
Ser la madre de tus hijos
Pasa la ropa sucia
De una maleta a otra.
Luis Chaves.
Mientras duermes.
Se me olvidó tu nombre. Cayó, no sé, qué diría
Como la bolsa de Nueva York
Las letras eran números más allá del cero
Con un motor fuera borda escapando de los labios hacia
Dentro
Se
Me olvidó
Tu nombre.
Perdido entre lóbulos y materia gris, perezosa, cada vez más
Gris, yo,
acababa de despertarme, tú
Respirabas más despacio, no lograba acompasar el
Ritmo
Revolví tu cabello con los dedos como palitos
Anunciando la quiebra
Enredados como sangre en las cornisas de edificios olvidados
En Chechenia
Mezclados como radiografías de muertos en un archivo
Y atosigados en tus patillas, volcando el riesgo con las uñas
atravesando esos raíles, los
pelos finos de la barba apuntando al cielo
como antenas de insecto,
tanteando la velocidad del aire,
su dirección,
su atraso,
De todas formas, yo
Quería decirte algo, algo importante, pero en fin, con tu nombre
Olvidado, acerqué la boca mediocre a la tuya
( túnel esplendoroso y gigante)
besándote la saludable piel
El tácito ingrediente
Me convertí en la máquina con luces de emergencia
escarbando en la tierra más roja
No pude, es cierto, recordarlo.
Pasó un tiempo pequeño.
Un minuto.
Tal vez
Dos.
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“Del fondo” surgen las visiones más aterradoras, pero también más
fascinantes. Surgen las preguntas más angustiosas, pero también las
respuestas más nece...
Hace 2 días
4 pulsaciones:
cariño, que bien escribes, ¿comemos juntos?
Olvidar aquello, un nombre, donde lo depositamos todo. Eso sólo puede ser la quiebra.
Qué asociación de ideas tan genial.
El olvido es un recuerdo mutilado.
Desaparecida, ¿¿me dejarás colgar una entrada con un poema??
un saludo.
Lu.
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