Viéndome de emperatriz del vértigo más nauseabundo
Con los zapatos gastados en la puerta de cualquier bar
En el patio de la casa, junto a los buzones, con las bragas
En los tobillos y sin clarividencia habiendo vuelto la cabeza
Agitado el pelo sin intención
Habiendo
destrozado la pesadez de mis propias piernas contra un
Tanque de agua y sangrando, sangrando deliberadamente
Con una excusa como otra cualquiera:
Hoy hace mal día, y las noches de conocerse son
Como largas serpientes enroscadas como dragones
Que mueren en las fauces de una
Dulce proposición
Que se queda
En nada.
LA LABOR DEL TERMINATOR: Tomás Soler Borja.
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*Tríptico al óleo del alma humana *
Cuánto de lascivia, de onanismo
público, indisimulado, cruel
y tantas veces goloso
en los poetas y sus cantos
―d...
Hace 1 día