Besando el suelo que pisa, los labios llenos de tierra
Las manos con musgo adherido exhalando aliento espeso
Como barro.
El salitre enmudecido por cientos de gaviotas
La sangre en el asador, maltrecha ya la palabra
Escocido el silencio, se pulsa rojo sobre un panel de control
Y los cigarrillos, escogidos en el cenicero en su tumba en su muerte
Escogidos y resucitados para morir de nuevo más tarde
Si acaso más pequeños y acabados.
Y el olor que pende de un hilo.
Besar el suelo que pisa, y con los pies dentro de estas botas
Es acaso lo más inútil que nunca hice, lo más
Tenebroso y enfermo
Hay una grieta por la que zumba el agua.
Y he de escapar por ella, contra ella, nadando en
Precisión y en belleza
En sopa humeante, en cabellos rojos.
He de ser
Práctica
Como un cirujano valiente y primerizo
Extirpar
Extirpar.
Extirpar.
DIEGO VASALLO, TRAYECTORIA DE UNA OLA por PABLO CEREZAL
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[...] este artefacto poético al que te asomas, nace de la libertad y el
respeto de dos artistas, dos géiseres creativos e incansables que no
transigen,...
Hace 2 semanas