Cuando un perro y un gato se encuentran casualmente en una calle
(adoquines húmedos)
se perfila el momento exacto a paralizar para el poema.
Sentados en una cafetería, en la mesa del fondo
¿No hablamos acaso porque hay tanto que decir?
Y entonces, cuando
los ojos se caen en tristeza absurda.
Es como un legado musical que entretuvo y murió.
(Uno no sabe que hacer con esas partituras viejas y pasadas de moda)
Debería paralizarse todo en el preciso instante en que
desaparece la verdad
(¿o acaso se paraliza porque aparece?)
y comienzan a crecer, como de semillas terroríficas
los brotes trágicos
de los callejones en los que nunca nos perdimos
del poco tiempo que hubo para descansar en el hombro del otro
después de una dura jornada de trabajo intelectual.
Dices: escribe, escribe sobre esos perros
y justo es eso de lo que nunca quise escribir, tal vez
del insípido momento en que el gato mira hacia otro lado y el perro
decide volver donde le corresponde.
¿Puede alcanzarse la luz desde la oscuridad con más facilidad?
¿Somos imbéciles supinos?
Oh! Si ahora ya sé que nunca
vendrás a buscarme.
¿Qué me importa todo lo demás?
DEL FONDO: Ya a la venta en Underdog Ventures.
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“Del fondo” surgen las visiones más aterradoras, pero también más
fascinantes. Surgen las preguntas más angustiosas, pero también las
respuestas más nece...
Hace 2 días