Dejé todas las exigencias en viejas cajas junto a las plantas
Las plantas murieron despacio, una tras otra, una tras otra
las hojas cayeron blandas, como ausentes
Yo, me separé de mi misma y ensanché mis caderas, tomé cuerpo
(demasiado, tal vez)
Olvidando las viejas cajas, llenas de
exigencias y violencia, de estrecho campo de acción
olvidé mi belleza y llegados a este punto, crei
que retomar esta serie de atributos por los que era conocida
servía más bien de poco.
Así que sin tenerme lealtad ninguna, me arrastré y sucumbí
ante una gran estupidez, que venía en forma de borrón
y cuenta nueva.
Todo agigantado por mi pequeñez de espíritu.
Bueno, de qué sirve todo esto me pregunto.
DIEGO VASALLO, TRAYECTORIA DE UNA OLA por PABLO CEREZAL
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[...] este artefacto poético al que te asomas, nace de la libertad y el
respeto de dos artistas, dos géiseres creativos e incansables que no
transigen,...
Hace 2 semanas
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Quizás sirva para que la luna te de mordiscos todas las noches.
Besos.
sirve para comprobar que, efectivamente, tenías sangre en las venas
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