Inspección de interiores.
Pozo oscuro, siniestra cuneta.
Mentirosos de manos derretidas.
Cerdos al horno, cardinalmente imbéciles.
Os odio, síntoma
de mi indolencia
de la saciedad con que doy cada paso, absorta
en mi propia inseguridad, en mi empacho de
indignación, de franqueza ante el espejo.
Se avivan las cenizas con un soplo
se invoca la realidad desde el llano
y todo parece dejar de girar, sólo centellea.
FOTOGRAMA DE UN INSTANTE por MAICA BERMEJO MIRANDA
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La mano, pequeña y blanca, descansa laxa entre los dedos morenos del hombre
que viaja a su lado. Los dos, relajados, se dejan mecer por el suave
traquete...
Hace 9 horas
1 pulsaciones:
en lo profundo del pozo
hay una luz verdosa que nos sume al anonimato de un dios borracho.
pero a raiz de el somos nada, somos lo que despertamos por la mañana despues de la noche-duchamp.
una abraçada
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