Inspección de interiores.
Pozo oscuro, siniestra cuneta.
Mentirosos de manos derretidas.
Cerdos al horno, cardinalmente imbéciles.
Os odio, síntoma
de mi indolencia
de la saciedad con que doy cada paso, absorta
en mi propia inseguridad, en mi empacho de
indignación, de franqueza ante el espejo.
Se avivan las cenizas con un soplo
se invoca la realidad desde el llano
y todo parece dejar de girar, sólo centellea.
LA LABOR DEL TERMINATOR: Tomás Soler Borja.
-
*Tríptico al óleo del alma humana *
Cuánto de lascivia, de onanismo
público, indisimulado, cruel
y tantas veces goloso
en los poetas y sus cantos
―d...
Hace 1 día
1 pulsaciones:
en lo profundo del pozo
hay una luz verdosa que nos sume al anonimato de un dios borracho.
pero a raiz de el somos nada, somos lo que despertamos por la mañana despues de la noche-duchamp.
una abraçada
Publicar un comentario