Huyendo por la calle estrecha del tipo pequeño y engreído que come donuts y agita las manos como diciendo: ven.
Atrapar la mosca, hacer con las alas viento. Morder pezón, arrancar calendario.
Mete saca mete saca mete saca
Agonizar en la esquina, cerca de la papelería y ante miles de ojos que parecen no mirar nunca a los tuyos.
Armonizarse los chakras, escupir espuma de mar, hacer el bien, bañarse en mierda.
La fuerza esplendorosa no sirve. Digamos que el asco, la naúsea, se acentúa con la iluminación parcial, nada zen, de cómo el mundo funciona y todos siguen haciendo como que sirve de algo.
Agitar la luz como zumo embotellado.
Mete saca mete saca mete saca
Bebe conmigo, otra vez.
DIEGO VASALLO, TRAYECTORIA DE UNA OLA por PABLO CEREZAL
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[...] este artefacto poético al que te asomas, nace de la libertad y el
respeto de dos artistas, dos géiseres creativos e incansables que no
transigen,...
Hace 2 semanas
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bebabmos, pues.
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