Ahora ya no tengo que trabajar. Ahora las mañanas se hacen cortas porque me despierto tarde. Todos los días te dedico un único minuto. Lo hago nada más poner un pie en el suelo. Lo exprimo y después lo lanzo al cajón de las cosas rotas.
Así desapareces el resto del día. Yo puedo respirar.
Se acabó el minuto.
EL DÍA QUE ME CRUCÉ CON CHARLES MANSON por ALEXANDER DRAKE
-
Domingo 15 de diciembre de 2019, 12:33 del mediodía. Cruzo el puente del
Kursaal en dirección al Centro y justo en medio veo a un chico joven con
pinta d...
Hace 5 días
0 pulsaciones:
Publicar un comentario