A veces me parece que podría entenderlo todo. El momento en que los ojos quieren cerrarse, pero en el último segundo se abren. Todo parece distinto. Todo es distinto y nuevo. En realidad es fantástico y el problema ahora es cuánto me apetece escribir aquí y la todavía un poco de deferencia hacia esa persona que se ha cerrado al puerta en sus propias narices durante años. Por lo que la contención es por mi parte casi un milagro cuando además respiro cuando escribo. Puede que lo mande todo a la mierda antes de terminar de fundir el blog hoy y lo suelte todo y me de igual. Estoy harta de escribir con miramientos o de obviar cosas que me apetece decir porque me gusta recordarlas. O pensarlas para cuando sea viernes.
Me siento tan bien. Hoy volvía en el coche y hace sol, las ventanillas abiertas, el rollo de siempre pero distinto. Es un buen momento del día. Volver a casa, bajar a Tula echarle unas piedras. Querer correr yo también detrás de ellas. Querer elevarme o algo así. Estar al sol tirada, bebería cerveza fría y fumaría un cigarrillo tras otro.
Estoy bien y no tengo que rendir cuentas a nadie. No tengo que justificarlo, YA BASTA. Ahora ya no es tarde.
- eres una buena chica-
EL DÍA QUE ME CRUCÉ CON CHARLES MANSON por ALEXANDER DRAKE
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Domingo 15 de diciembre de 2019, 12:33 del mediodía. Cruzo el puente del
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