A lo mejor lo he descuidado todo: Tus camisas, la poesía. El aire fresco. Tal vez he descuidado a Tula dejándola de lado para luego sentirme culpable y correr a abrazarla, como intentando recomponer algo. Y también las plantas, lo arrojadizo de mi sexo, lo extraño y arrogante de mi mirada. Mi piel, tal vez el cabello descuidado. Sobre todo la amabilidad. Los silencios, el deseo. Sobre todo la sonrisa, dentadura incluida, y la calidez de algo que ofrecerte.
Pero tú eruptas. Te oigo hacerlo desde mi cuarto de escribir. Te escucho bostezar. Nada transmite nada. Y mírame. No estoy ahí para evitarlo, no estoy ahí para decirte que sigo pensando que tal vez...
En definitiva:
Estoy hasta el culo de sentirme mal.
DIEGO VASALLO, TRAYECTORIA DE UNA OLA por PABLO CEREZAL
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[...] este artefacto poético al que te asomas, nace de la libertad y el
respeto de dos artistas, dos géiseres creativos e incansables que no
transigen,...
Hace 2 semanas
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