Vamos a
escribir, todo se llena de anuncios y pasadas de largo
La quietud
es hermosa, algo estancado que sin embargo se mueve.
Alguna vez
volveremos a cantar despacio bajo la enredadera, a ondear
Y palmear
como ropa mojada, a contemplar en el espejo la fórmula perfecta.
Mientras
tanto esperamos los análisis, nos tiemblan las manos,
Las piernas
duelen, se hace terrible estar sola en la calidez del verano de dos mil trece
Empuñando salvajes
pensamientos, rompiéndose contra la tierra seca,
Teniendo
miedo a lo de siempre, a morir, no a descalzarse, pero sí a morir.