Bowie canta, y el perro aprende a jugar solo. Atardece en el valle de esta melancolía sucia y vergonzante. Millones de agujas al entrar en el agua helada del río, confección de postres que nos hagan explotar. ¿Quién soy? ¿Quién soy ahora? Me diluyo siendo la sombra, la idiota, la gorda, la que compra fundas para cojines. Me diluyo llegando incluso a desaparecer durante unos segundos, mientras inspiras y expiras y haces pesas para mantener la barriga a raya. Todo esto para qué, ¿para inmortalizarnos en fotografías y recordarnos siempre mejores en otra vida y en otra ciudad?¿para comprender que nunca seremos estupendos? ¿Quién hará hoy la cena? Porque ¿quién soy ahora? ¿Soy mejor como dicen mis amigas a la menor ocasión? Como dice mi cuñada cuando nos bañamos ella perfecta y yo cero grácil, estás mucho mejor, te arreglas más, comes mejor, se te ve "centrada", palabra que a mi me llena de horror y expectación, como si al mirarme al espejo no fuera a ver mi cara, y sigo ¿quién soy yo? Recuerdo que me encantaba que mi padre nos llevara, a mi hermano y a mi, sentados en la carretilla. Nos volvía locos que corriera sujetando fuertemente las dos asas. ¿quién soy entonces? Y que me gustaba meterme en la cama con mi madre cuando él se había ido a trabajar, y acariciar su piel suave y dorada. Toses y Hendrix ahora, venga venga, dale a las pesas. Estoy con un pie fuera de tu vida y no te das ni cuenta. ¿Quién soy? Es posible que al averiguarlo el sugerido centro desaparezca para dar paso a una periferia enloquecedora, volveré a sentir que pasado mañana es el día de mi muerte y volveré a pensar que lo que pudo ser no fue y a esperar esperar algo que nunca llega. Y no tendré hijos de ningún señor.
LA LABOR DEL TERMINATOR: Tomás Soler Borja.
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*Tríptico al óleo del alma humana *
Cuánto de lascivia, de onanismo
público, indisimulado, cruel
y tantas veces goloso
en los poetas y sus cantos
―d...
Hace 1 día