El hombre come apresurado
no para de moverse y envidio (con esa envidia
lúcida)
esa ligereza con la que se aproxima a los
centros comerciales
a los establecimientos a punto
de abrir
sus puertas
a la maldición de las fiestas navideñas y el calor
de hogar
como una hoguera de un infierno mediocre
CO2
Luego está el tema de la pareja estable, ese mundo
en el que dejarse
tan despacio
en esa plaga de amor los domingos en la
cuadrícula marcando negativo en las pruebas de sida
en el aliento cara a cara compartiendo el
mismo aire
hoy y mañana
te da por pensar en la apariencia desoladora
de las calles con nuevos edificios
gritando en los portales, esa esperanza
de los ancianos
cogidos
de la
mano.
Fumo cigarrillos en la puerta del ambulatorio, es cosa de mi
trabajo
Los pueblos se mezclan hasta ser uno
las personas solidarias son un gran espectáculo de
colorido
y
permanencia.
El hombre tiene conciencia se fija en el look de
las señoritas
Perdóneme por favor todo sin mala fe sólo es stress ¿puedo
quedarme
en su
regazo
para siempre?
Las gotitas van resbalando por la nariz, la bebida corre y todas las
mujeres hoy
parecen una amenaza en esta guerra de
noviembre.
Lo mejor es lo helado que está por las mañanas cuando
se mete en la cama después de desayunar, vestido y con
zapatos y me dice
- desprendes
tanto
calor
Después vuelvo a dormir, es fácil.
Parece que ha llovido pero sólo son
cristales rotos
en el suelo.
PAULINE. MEMORIAS DE LA MADAME DE CLAY STREET: Pauline Tabor.
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«En mi trabajo me he topado con unos cuantos mafiosos importantes y, sin
excepción, son escoria humana. Pero, por malos que sean, no son tan bajos
como l...
Hace 20 horas