El chico infectado atravesaba la estación, corriendo hacia donde se encontraba la chica del diente partido, que fumaba un cigarrillo apoyada en el maletero de su coche. El chico infectado se aproximaba deprisa, y ella se sorprendió simulando cierta alegría. El chico tenía la cara descompuesta, seguro que había estado fumando en plata. Blanco y gordo, se iba acercando, gozando con anterioridad el instante en que se abrazaría por fin a la chica del diente partido y se sentiría por fin protegido y cómodo, por fin descansado. Ella le llevaría a su casa. Una casa limpia, con agua caliente, calefacción y comida en la nevera. Un lugar donde estar tranquilo, un lugar donde el chico infectado podría esconderse del mundo, sentirse a salvo.
- tienes los dientes hechos una mierda- le dice la chica- y la ropa sucia. Dónde coño has estado?
El chico infectado la mira de reojo. Es un fatal copiloto. No deja de moverse y de pronunciar algunas frases sueltas, sin demasiado sentido, por lo bajo.
- Joder, estás hecho un asco, en serio.
La había llamado de madrugada.
- Por favor ven a por mi, estoy cerca de la estación del norte, déjame dormir esta noche en tu casa, estoy solo. Tengo frío. No puedo volver a casa de mi abuela. No tengo dinero.
La chica del diente partido no supo negarse.
- Tenerte en mi casa me pone nerviosa-lo dijo en el coche mirando al frente y encendiendo el enésimo cigarrillo desde que la había despertado-son las putas dos de la mañana, se me va a salir el corazón del pecho, a ti parece que te haya pasado un coche por encima. No te tomas la medicación, careces de autocontrol, estás bien jodido y no voy a dejar que muevas mi vida de su lugar ni un solo milímetro. Te quedas esta noche, ni una más.
El chico infectado acaricia la rodilla de la chica del diente partido y susurra un "gracias" algo arrastrado.
Llegan al piso y ella pone la calefacción en el baño y busca algo de ropa limpia en el armario empotrado. El chico infectado se mete en la ducha y mientras tanto ella le prepara algo de comer.
- No tengo hambre - dice él envuelto en el albornoz rojo.
- No me importa. Come.
- Estoy asqueado ya de esta vida.
- No me extraña.
- Ha pasado mucho tiempo.
- Demasiado
- ¿Te acuerdas de cuando fumábamos siempre apoyados en aquel muro con los gorros de lana calados hasta las cejas?
- Claro que me acuerdo.
- ¿Y de cuando dormíamos en la caravana de Alicia?
- Claro, cómo voy a olvidarme de algo así.
- Creo que quiero morirme.
- No me extraña. Pero tranquilo, morir, morirás seguro. Y además has comprado muchas más papeletas que otros. Aunque ya sabes que eso depende de la suerte, más que nada..
- ¿No tienes frío?
- Yo siempre tengo frío.
Él se acerca a ella y le pasa un brazo por encima de los hombros. Se miran despacio y se sonríen.
- Es que te veo tan mal - dice ella bajando la vista - Tienes un aspecto horrible.
- Estoy como el culo, qué aspecto quieres que tenga.
- Eres un imbécil.
- Lo sé.
Se abrazan.
La chica del diente partido quiere llorar en su hombro. También le gustaría besarle y acariciarle y darle un poco de amor, algo de sexo, probar a sentir otra vez sus labios sobre la piel,como cuando durmieron en aquella tienda de campaña azul, hace ya milenios. Pero el chico infectado tiene ahora treinta años, anticuerpos de sida, más amigos en la cárcel que fuera de ella y el rostro magullado. Y ella se siente cansada y triste, y aprensiva.. su hipocondría empieza a atravesarla como un cuchillo.
- Vamos a la cama - dice ella separándose. Mañana a las diez de la mañana te quiero en la calle.
- Gracias por lo de hoy - dice él - eres una tía de puta madre, siempre serás mi mejor amiga, la única que se porta.
- Y medianamente - dice ella recordando todas las veces que no ha querido saber nada.
- Medianamente ya es mucho.
- No te mereces más, eso también es cierto - le guiña un ojo.
A la chica del diente partido le gusta ser sincera con el chico infectado. Como cuando le dijo que jamas fumaría de sus cigarros o compartiría con él el plato de ensalada. No le importa exagerar o parecer una paranoica. No le importa el comité anti sida ni sus panfletos "ponga un portador de vih en su vida". Ella ya tiene un portador de vih en su vida, lo tiene en su sofá, y no quiere acabar temblando de ansiedad ante la posibilidad de una hepatitis o un herpes labial.
- Tú eres un futuro enfermo de sida y yo una hipocondriaca recalcitrante. Olvidémonos de juntar nuestras salivitas ni en un porro de la mejor hierba...
Él abrió mucho los ojos pero no se sintió ofendido. Ella recordó cuando él amenazaba con escupir dentro de als botellas de agua en aquella acampada en la que la gente no quería dormir con él o beber del mismo vaso. Sonrío para si. Entonces nadie le decía nda, pero él lo sabía, lo notaba. Era mucho más doloroso así y la opción de expresarle en la cara todo ese miedo irracional, hacer que lo comprendiera, era mucho más práctica y sobre todo, sincera. De ese modo la chica del diente partido podría dejar de sentirse mal y él sabría a que atenerse.
Va a darle las buenas noches a la cama, en la habitación pequeña. Lo arropa, besa su mejilla.
- Te quiero mucho - dice la chica del diente partido - No quiero pensar en el día en que te mueras.
- Yo tampoco. Sencillamente quiero que llegue.
Ella se sienta al borde de la cama.
- Siento que las cosas te hayan salido así. Me gustaría crear otra realidad en la que poder salvarte.
- Lo sé, pero no te preocupes. Estoy muy tranquilo ahora, en este instante. En tu casa. Y a las diez de la mañana estaré fuera.
- En punto - dice ella levantándose, apoyando las manos en las rodillas.
Duermen separados por una pared hecha de miedos, rutinas, años, decadencias, agujas, sangre sucia, medicación, inquietud, juventud perdida, paraiso nunca recobrado.
A las diez en punto ella abre los ojos. La ha despertado el portazo.
Y sólo puede preguntarse si el chico infectado se habrá ido sin desayunar.
LA LABOR DEL TERMINATOR: Tomás Soler Borja.
-
*Tríptico al óleo del alma humana *
Cuánto de lascivia, de onanismo
público, indisimulado, cruel
y tantas veces goloso
en los poetas y sus cantos
―d...
Hace 1 día
8 pulsaciones:
hola safrika. me gustas, te vi el otro dia en el barrio del carmen. se que eras tu porque escuche a una chica que iba contigo llamarte safrika
siempre te sigo alguna vez deje algun comentario pero prefiero seguir en el anonimato algun dia si te vuelvo a ver te tocaré un hombro y despues te invitaré a beber algo.
sigue escribiendo no lo dejes y haz algo que podamos verte decir los poemas en algun sitio oscuro.
un beso
Justin Pez
comandante azul oscuro de la camiseta rayas y alto considerable que te pidio un cigarro en el turmix hace una semana.
¡¡Yo soy la chica que la llamó Safrika!!
Nena, qué éxito. Y respecto a tu escrito, recuerdo que me lo leíste en aquel café. Pero sigue siendo como la primera vez: impactante.
Besos.
Pues yo no recuerdo a nadie que me pidiera un cigarro!
Bueno, a la próxima invítame.
Ella era la chica que me llamó safrika!
Viva viva viva...
además a mi me tiene loca el puto camarero soso ese.
Yo tampoco recuerdo que nadie te pidiera un cigarro. Pero claro, yo estaba empanada...
Hola yo soy Jody Dito y ni te he visto, ni soy camarero, ni me gusta el anónimo. Ahora eso si, lo de empanado es comun en mi, me alegro de tener algo en comun con esa chica que siempre responde ¿es a mi?.
Los colores chillones (aunque no mucho) me dañan la vista (no dañar sino que tengo que poner los ojos achinados y es una lata) y esa letra amarilla sobre fondo azul metal no se ve bien, de verdad. Es una jodida pena porque el relato es interesante, por favor no me tomes por un metemeentodo y un bobo integral, pero ¿podrías cambiar esa combinación de colores?.
Oye, antes de nada, Felíz Navidad (nunca suelo felicitar las navidades pero es que veo que todo el mundo lo esta haciendo y ¡joder! me molesta ser un bicho raro) y después ¿podría hacerte un par de preguntas?. 1)el chico infectado ¿cómo cogio la infección? 2)la chica del diente partído ¿era su novia? 3)¿fumar en plata? supongo que sabes lo que es (si lo dices es que si)¿lo has probado alguna vez? 4)veo que eres amiga de Aníbilis (un descubrimiento mio de hace pocos días) ¿vivíis en el mismo barrio?
Ya, si las contestas ; gracias, y si no; también. Desgraciadamente conozco al detalle todo ese mundo que retratas en tu relato y me ha llamado la atención que escribas sobre ello (de ahí las preguntas).
Si quieres puedes pasarte por mi estúpido e inservible blog, será un honor para mi. Un apretujon de manos.
Vaya, me temo que lo de la letra es una cosa que no sé cómo solucionar. En realidad deberia verse el fondo naranja (no muy chillón) y las letras negras. Es así como yo lo veo, y no sé a que puede deberse que algunas personas lo vean como tu dices.
Respondiendo a tus preguntas.
1. El chico infectado cogió la infección porque se inyectaba heroina asi de cualquier manera.
2. La chica del diente partido no era su novia, nunca lo fue, pero sí que fue su amiga. Y compartieron todas esas cosas que comparten los muy amigos cuando eran casi unos niños.
3. No. No lo he probado.
4. Vivimos en diferente barrio, en distinta ciudad y en el mismo universo.
Muchas gracias por hacerte ver. Ah! Me pasaría muy gustosamente por tu blog si supiera la dirección del mismo. ¿Por qué no me la pasas? Un abrazo! Me voy a la ducha.
acabo de leer tu "entrevista"
me alegro que te gusta anne sexton, a lo mejor te gusta Sylvia plath tambien...
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