Estoy entre los libros.
He venido, colecciono polvo y hago como que leo
a Voltaire. (Cándido)
No soy tan joven, no tengo dinero ni belleza
tampoco ofrezco pan y fruta
ni con mi boca
ni en mis pezones
Y es cierto, sí que poseo el sueño enredado,
la vida en un suspiro ideal, fantasioso,
(casi místico)
Y es cierto, poseo
un cajón lleno de obsesiones,
(tú serás siempre
el centro de mi universo.
Tú serás siempre la primera necesidad
la última vibración del día)
Aunque
la imposibilidad trepa por mi espalda siempre por la tarde,
y doy gracias porque he visto esas piedras quietas, secas
al borde del patio de los niños, muertas.
y después he rozado las hiedras y bebido agua en la fuente al sol.
Doy gracias porque
Con el viento y en la calidez infantil de este sitio
he de recrearme en ciertas luces lentas,
y caminando contra el aire
con las manos en los bolsillos
el cigarro consumido rapidamente
los labios rojos
pienso en los párpados que han de abrise
y mirarme en la penumbra,
la piel que acariciaré,
el cabello que será mio y
la rabia de la despedida.
Cuando ya no me quieras, cuando todo
esté guardado en una caja de corcho
un poema inmenso
considerado al cabo del tiempo, malo
malo
malo.
LA LABOR DEL TERMINATOR: Tomás Soler Borja.
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*Tríptico al óleo del alma humana *
Cuánto de lascivia, de onanismo
público, indisimulado, cruel
y tantas veces goloso
en los poetas y sus cantos
―d...
Hace 1 día