Una buena comida, una buena charla, un buen polvo, ¿hay acaso mejor forma de pasar el día? No había gusanos que devorasen su conciencia, no había preocupaciones que no pudiese quitarse de encima. Flotaba con la marea, y nada más. No engendraría ningún niño, no contribuiría en nada al bienestar de la comunidad, no dejaría ninguna marca al pasar por este mundo. Pero, dondequiera que fuese, haría la vida más fácil, más atractiva, más fragante. Y eso no es poca cosa.
El suyo era el típico encanto frío y seductor de la mujer nórdica, donde el remilgo y la lascivia luchan por la supremacía. Yo sabía que ella quería que le hablase de amor. Di lo que quieras, y has lo que quieras, pero utiliza el lenguaje amoroso, las palabras fascinantes, románticas, sentimentales, que ocultan la fea y desnuda realidad del asalto sexual.
–Tú sabes, Val, que las cosas nunca van a ser fáciles para ti. Si no soy yo quien te hace desdichado, será algún otro. Te buscas dificultades. No te ofendas; quizá necesitas sufrir. El sufrimiento no te matará, eso puedo asegurártelo. Suceda lo que suceda saldrás siempre del paso. Eres como un corcho: se te empuja al fondo y vuelves a subir. A veces me asustan las profundidades a que puedes hundirte. Yo no soy así. Mi fuerza ascensional es física, la tuya es... Iba a decir espiritual, pero no es eso exactamente. Es animalista. Posees una fuerte contextura espiritual, pero en ti hay también más del animal que en la mayoría de los hombres. Tú necesitas vivir, vivir a toda costa... ya sea como hombre, como animal, como insecto o como germen.
Liberarse del cautiverio del amor, quemarse como una vela, derretirse en amor, fundirse con el amor, ¡qué felicidad! ¿Es eso posible para criaturas como nosotros, que somos débiles, orgullosos, vanos, posesivos, envidiosos, celosos, inflexibles, implacables? Es evidente que no. Para nosotros es la carrera de ratas... en el vacío de la mente. Para nosotros la condena, la condena interminable. Creyendo que necesitamos amar, dejamos de amar, dejamos de ser amados.
Pero inclusive nosotros, por muy despreciablemente débiles que seamos, experimentamos ocasionalmente algo de este amor verdadero y desinteresado. ¿Quién de nosotros no se ha dicho a sí mismo en su ciega adoración de alguien que está fuera de su alcance: "No importa que nunca sea mía. Lo único que importa es que exista y que pueda honrarla y adorarla eternamente"? Y aunque ese modo exaltado de ver las cosas sea insostenible, el enamorado que razona así pisa terreno firme. Ha conocido un momento de amor puro. Ningún otro amor, por sereno y duradero que sea, puede compararse con él.
LA LABOR DEL TERMINATOR: Tomás Soler Borja.
-
*Tríptico al óleo del alma humana *
Cuánto de lascivia, de onanismo
público, indisimulado, cruel
y tantas veces goloso
en los poetas y sus cantos
―d...
Hace 1 día
4 pulsaciones:
quiero metertela desde atrás mientras lees a Henry Miller.
Perdón por ser tan cochino, pero es la verdad.
Entiendo cómo te sientes, sig.
N.
lo del tostador me gustó....
es más,mañana mismo iré a comprar uno
no tengo en casa
salud
SM
Este henry es la lexe. pesiosa!
la pelo rata.
Publicar un comentario