Con la vieja moto fuimos a robar panochas
tu me decías que el camino no acababa nunca que parecía que
se repitiera una y otra vez.
Todo eran naranjos.
Habíamos fumado esa hierba tan buena de tu primo
y teníamos hambre así que la mejor opción
era robar las mazorcas y asarlas en tu casa
hacer unas brasas y después acostarnos con la ventana abierta
yo mordiéndote las manos y tú haciéndo figuritas con el dedo en
mi barriga.
Pastor nos recordaba a Victor French.
DIEGO VASALLO, TRAYECTORIA DE UNA OLA por PABLO CEREZAL
-
[...] este artefacto poético al que te asomas, nace de la libertad y el
respeto de dos artistas, dos géiseres creativos e incansables que no
transigen,...
Hace 1 semana