Con la vieja moto fuimos a robar panochas
tu me decías que el camino no acababa nunca que parecía que
se repitiera una y otra vez.
Todo eran naranjos.
Habíamos fumado esa hierba tan buena de tu primo
y teníamos hambre así que la mejor opción
era robar las mazorcas y asarlas en tu casa
hacer unas brasas y después acostarnos con la ventana abierta
yo mordiéndote las manos y tú haciéndo figuritas con el dedo en
mi barriga.
Pastor nos recordaba a Victor French.
FOTOGRAMA DE UN INSTANTE por MAICA BERMEJO MIRANDA
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La mano, pequeña y blanca, descansa laxa entre los dedos morenos del hombre
que viaja a su lado. Los dos, relajados, se dejan mecer por el suave
traquete...
Hace 9 horas