Siempre crei que había algo bajo mis pies que estaba el suelo sujeto
con hilos muy fuertes desde el centro de la tierra
y que dentro de la barriga tenia un hombre con cara de garbanzo
que machacaba la comida con una azada
- mastica bien, no le hagas trabajar mucho - me decía mi abuelo
sin saber que estaba creando un monstruo antisocial.
Buscaba las piernas cortadas en una fotografía
me preguntaba dónde iban a parar.
Era muy pequeña, y recuerdo el momento exacto en que lo entendí todo
fue como si algo
pequeño y ya frágil, acabara por romperse
fue el principio de todas estas telas de araña.
Empezó a temblar la tierra.
LA LABOR DEL TERMINATOR: Tomás Soler Borja.
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*Tríptico al óleo del alma humana *
Cuánto de lascivia, de onanismo
público, indisimulado, cruel
y tantas veces goloso
en los poetas y sus cantos
―d...
Hace 1 día