Esta demencia tuya, cariño,
a la que no me sobrepongo
no hace más que, siendo sincera,
me plantee si deseas usarla como un medio de locomoción,
como un síntoma de verdor, de esplendor absurdo.
O es solo un trozo de un tenebroso acopio de últimas fuerzas
para mantenerte, de algún modo, productivo ante ti mismo y ante
todos esos tornillos.
Mi barriga no hace más que doler, ningún medicamento
surte ya efecto
supongo que tal vez, se acabó mi suerte.
FOTOGRAMA DE UN INSTANTE por MAICA BERMEJO MIRANDA
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La mano, pequeña y blanca, descansa laxa entre los dedos morenos del hombre
que viaja a su lado. Los dos, relajados, se dejan mecer por el suave
traquete...
Hace 10 horas