Tú no sabes lo que me cuesta venir aquí y no escribirlo todo. No soltarlo todo sin más, como si gritara. Lo único coherente que puedo hacer es gritar. O aterrizar de una vez en este suelo caliente, a las tres de la tarde, quemándome las rodillas.
El deseo de que alguien me rescate, esa fantasía heróica venida a menos por días de madrugar, de rebotar en las paredes de una oficina, de recibir llamadas de centros comerciales, de deber dinero a causa del rock and roll. El deseo de que alguien me rescate, qué estúpido deseo, la excusa perfecta para mantener esta paralisis como la gran enfermedad que padezco. El médico me dijo que me comprara una caravana y viajara siempre lejos del ruido de las máquinas, que buscara un caballero con el alma grande y me dedicara a echar palabras por el tubo de ensayo de la vida.
La semilla de esas flores ya ha germinado.
Hoy tengo el corazón blanco y con pequeñas vetas rojas por donde corre tu sangre.
¿PLANEA USTED ATENTAR CONTRA EL PRESIDENTE DE LOS EE.UU.?
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En 1993, con 18 años, fui por primera vez a Estados Unidos. Viajaba con
destino a California con la intención de pasar allí un mes entero. Antes de
aterr...
Hace 6 días
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