Hoy lei en alguna parte
que tendemos a mirar a los viejos como si
ellos, idiotas de mierda
hubiesen elegido, en algún momento
serlo.
Supongo que esto hizo que al mirarte
al mirar tu revista, tu café
lo imprevisible de tus ojos inquietos
viera a esa chica
que aprendió alemán
limpiando aviones
y que entre risas se tapaba la boca
cuando Helga se emborrachaba un poco.
DÍAS DE HAMBRE Y ROSAS por PEDRO GONZÁLEZ POLLEDO
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DÍAS DE HAMBRE Y ROSAS
Adelante y atrás por el camino,
en autostop, sin billete en los trenes,
en una mochila todos mis bienes
y la carretera como destin...
Hace 16 horas