Hoy lei en alguna parte
que tendemos a mirar a los viejos como si
ellos, idiotas de mierda
hubiesen elegido, en algún momento
serlo.
Supongo que esto hizo que al mirarte
al mirar tu revista, tu café
lo imprevisible de tus ojos inquietos
viera a esa chica
que aprendió alemán
limpiando aviones
y que entre risas se tapaba la boca
cuando Helga se emborrachaba un poco.
LA LABOR DEL TERMINATOR: Tomás Soler Borja.
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*Tríptico al óleo del alma humana *
Cuánto de lascivia, de onanismo
público, indisimulado, cruel
y tantas veces goloso
en los poetas y sus cantos
―d...
Hace 1 día