Mierda, mierda, mierda.
Cómo me tiemblan las manos. Euforia y mieditis se mezclan y me forman. Hoy el sol no se decide. Me siento bien volviendo en el coche, con todas las ventanas bajadas. Escuchando a Omar Faruk Tekbilek en radio 3, con las manos pegajosas.
Te vas a ir de verdad. No sé que pensar salvo que siempre estarás, de un modo u otro, ahí. Que te lleves el colchón ya es demasiado. Y por sorpresa!. Total para guardarlo en una casa vacía y que se llene de polvo.
Las cartas, los libros, los poemas rotos.. libretas, discos, cómics. Ayer todo estaba esparcido por el suelo del salón y mientras yo fumaba sentada en una silla tú seguías lanzando cosas y más cosas, que salían despedidas por la puerta de tu cuarto hasta formar una montaña blanca y negra. Por poner banda sonora al fin de la película, corrí a mi cuarto y puse a los Planetas... "montañas de basura... montañas de basura..." Creo que ayer no podía estar en casa más de diez minutos viendo como lo borrabas todo. Me parece tan ajeno hacer algo así que me hace temblar a medias.
Ahora es cuando el precipicio sigue creciendo. Y yo sigo con mis cosas. Mis poemas escondidos, las fotos, las sábanas pasadas por la batidora de mi cuerpo, el teléfono. La sensación que crece de necesidades varias como cabellos piel ojos sexo duro sexo dulce sexo sexo sexo. ¿Por qué?
Me gusta ver los árboles moverse tras la ventana pequeña de mi cuarto. Todo está hecho un desastre. La cocina es casi un mercadillo. El salón parece un puzzle por hacer sobre la mesa. Solo quiero salir salir salir. Emborracharme. Reir.
Y bueno. Todo lo demás, sobre todo eso.
LA LABOR DEL TERMINATOR: Tomás Soler Borja.
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*Tríptico al óleo del alma humana *
Cuánto de lascivia, de onanismo
público, indisimulado, cruel
y tantas veces goloso
en los poetas y sus cantos
―d...
Hace 1 día
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