Es así como me siento, te diría.
Con ganas de pedirte que
Diseccionemos éste cuerpo.
Pongamos sobre la mesa esos brazos, te diría
mira los míos, están
temblando
descompuestos en una enfermedad de huesos que no callan
de urgencia hospitalaria y música para cleptómanas
después
Juntando las manos con destreza que parezca
que rezamos.
Diseccionemos éste cuerpo yo sé que tiene pedazos
de belleza rotos en el hueco de los hígados.
Y materia gris ahora negra.
Mirémoslo, por dentro. En sus cavernas tiene ojos
que caen pintados, y se arañan con esas uñas
blandas
los recién
nacidos.
Para qué hablar de la distancia
entre los órganos.
Y la sangre cuarteada y blanca
como leche agria bebida
más tarde.
DIEGO VASALLO, TRAYECTORIA DE UNA OLA por PABLO CEREZAL
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[...] este artefacto poético al que te asomas, nace de la libertad y el
respeto de dos artistas, dos géiseres creativos e incansables que no
transigen,...
Hace 2 semanas