Lo más recomendable sería magnificar la sombra.
Extender la pestaña, recomendar siniestros.
Después, tumbado en el baño, con los brazos abiertos
como un cristo de circo
rezumar humedad de sarcófago y vientre de madre primeriza.
Lo mejor sería, guardarse en cajas en otoños
en superficialidades aéreas
como máquinas de escribir, o ladrillos o inmensas arcas
donde esconder tesoros.
Lo mejor sería, caer, ladrar
acariciar la esencia
morder la esquina.
(de un diario secreto)
DIEGO VASALLO, TRAYECTORIA DE UNA OLA por PABLO CEREZAL
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[...] este artefacto poético al que te asomas, nace de la libertad y el
respeto de dos artistas, dos géiseres creativos e incansables que no
transigen,...
Hace 1 semana
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