Mi naturaleza
me dice que esta es la estación
en que debimos amarnos y sin embargo
me abrazo a mi toalla, gozo del agua
me tumbo en la cama, el ventilador gira proceloso.
Ya ya se que
me equivocaba
y que este tejido en que me envuelvo
(y no es una disculpa, pues juro que reincidiría)
es una quimera. Tortuosa, vana.
Pero me apacigua por las noches.
Cuando frente al espejo
me pongo violenta, me hago la ingrata.
Nada fina, creeme.
DIEGO VASALLO, TRAYECTORIA DE UNA OLA por PABLO CEREZAL
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[...] este artefacto poético al que te asomas, nace de la libertad y el
respeto de dos artistas, dos géiseres creativos e incansables que no
transigen,...
Hace 3 semanas