.

.



Cuando el silencio me ahoga, enciendo la radio y me llegan de un planeta lejano voces que apenas comprendo: ese mundo tiene su tiempo, sus horas, sus leyes, su lenguaje, preocupaciones, diversiones que me son radicalmente extraños.
Simone de Beauvoir.







****

El pelo pintado, y esas sales, al lamer el cuerpo.
Lamer como un perro, con avaricia ignorante, con los ojos saltones
esperando la caída de otro trozo, el resbalón
de la salsa.

Las manos calientes y pensando en libros sobre la mesilla, vasos
vacíos de leche -vacíos- y bragas naranjas y pendientes
largos. Todo mezclado todo estaría caído dentro de mi si no fueran
simples cosas si fueran
miedo terror indignación escudos fragancias míseros
pedazos de algo imaginado del cabello gris de la meticulosa
mano, si fueran
esas cosas entonces
tendría que mantenerlas dentro no dejarlas ir asimilarlas
como alimento nutrirme y permanecer.

Especial.


Giro la cabeza y no hay nadie pero puedo ver
el cabello rojo el cabello rojo el cabello rojo quiero
comerme ese cabello rojo
cabello rojo cabello rojo.

Con toda probabilidad, algo sobrevuela.

...


Era de noche, y había puesto la sonrisa quebrada justo al borde del aliento
Había pensado en equiláteros triángulos, en pubis y en librerías metálicas
en nuestros hijos en el pardo sentido de la sangre, en el pecho caliente,
clave de todo esto, al final. Una marca de bolígrafo en la camisa
un eterno árbol, polígamo y triste. Desde mi ventana puedo ver el sol.

Y eso ya es decir mucho para alguien tan pobre.

Me lamo la herida, ladro hacia ti, quiero verte volver y
rodar calle abajo, y acariciarme el pelo por la noche desnudo en la cama no me importa
cuándo ni cómo sólo tus glúteos sólo pensar que me querías.

Era acaso demasiado para alguien tan pobre.

Los jóvenes musculosos, fuertes, tienen los cabellos rizados las piernas
sin venas, el corazón vano, en sintonía con los precipicios que no obligan.
La mujer eternamente servicial, de pantorrillas juntas, muy juntas.
Su culo es caído y parece medianoche cuando la miro, parece que vaya a terminar
aterida mirando una obra, una aguja, sangre y más sangre en bolsas.

Te contaría tantas cosas, los labios pegados a una lata, lo mucho que
te echo de menos el calor que siento la claustrofobia de un autobús que parece hecho
para torturarme. Mi singular grandeza, a veces quisiera esconderme en una pequeñez
de nacimiento. Ser delicada como un pájaro que sintieras que vas
a protegerme y yo pudiera sentir que de algún modo puedes hacerlo.

Es siempre mucho para alguien tan pobre.

Una muerte tonta me amenaza yo quisiera sentir que tú
puedes venir y sacarme de este horror y quisiera sentir
que vuelvo atrás que podemos hacer todo aquello que sonaba
Tan ridículo y espantoso.
Tan ridículo y hermoso.
Soy siempre el cabello roto, la rama extraña, vergonzosamente retorcida
un mar negro de interrogantes en mutación, la extraña lava de un volcán
que agoniza.

Es la norma para alguien tan pobre.

Los zapatos de esa mujer de muslos tan juntos me parecen los más
terribles sobre la tierra.
Y su tono de voz es pálido y amarillo.
Ordeno todo esto, sin medida sin acierto
es posible que no salga de esta
Es posible que muera y pronto
estaré vencida seré
un saco de huesos sobre la cama de
un hospital.
Esta fantasía trae mi miedo, el vacío intenso.
El vacío tan vacío.
Es sin ti una piedra lanzada con arrojo en mi cara.
UN PESO GASEOSO.
Una intratable angustia que opera calladamente, como un animal
agazapado y enfermo, frágil y al acecho.

Te contaría que el rostro de ese hombre está quemado y parece que miles de balines
han hecho impacto en su piel.
Te contaría que la noche en que me dijiste todo aquello yo no estaba dormida
y no estaba dormida cuando lo dije yo.
Y que soy uno de los pilares de ese grupo aún sin saberlo, sin pretender
ser más que yo misma.
Y que ojalá estuvieras aquí
El día que tengo que hablar, delante de todos esos desconocidos
voraces.
El día que tengo que hablar.
De mi.
De ti.

Besando el suelo que pisa, los labios llenos de tierra
Las manos con musgo adherido exhalando aliento espeso
Como barro.

El salitre enmudecido por cientos de gaviotas
La sangre en el asador, maltrecha ya la palabra
Escocido el silencio, se pulsa rojo sobre un panel de control

Y los cigarrillos, escogidos en el cenicero en su tumba en su muerte
Escogidos y resucitados para morir de nuevo más tarde
Si acaso más pequeños y acabados.
Y el olor que pende de un hilo.

Besar el suelo que pisa, y con los pies dentro de estas botas
Es acaso lo más inútil que nunca hice, lo más
Tenebroso y enfermo

Hay una grieta por la que zumba el agua.
Y he de escapar por ella, contra ella, nadando en
Precisión y en belleza
En sopa humeante, en cabellos rojos.
He de ser

Práctica

Como un cirujano valiente y primerizo
Extirpar
Extirpar.
Extirpar.

Se me ocurren palabras, como filosofía
Barcelona y sexo. Guía turístico y pequeña paja en el cine
Viendo una película hecha por ordenador.
Se me ocurren maquillajes verdes, y puñales
Del color del agua sucia, y mantequillas como lubricante.
A falta de pan buenas son tortas
Y ahora que vamos a dar por finalizado
El sortilegio.
Se me ocurren palabras como bienaventurada y enferma
Como rabia y mezquino, como enredadera y pulsátil.
Se me ocurren palabras como viejo sentado en un parque
Odiando a las palomas, odiando esas grandes máquinas
Que arrastran arena y confunden paisajes.
Se me ocurren palabras como excoriación y víctima
Como mentira y valiente cerdo.
Palabras que se mueren, frondosas, generosas
En su inanición buscando números
A los que acoplarse, a los que venderse
Palabras como miedo, irritación y esclava.
Palabras que no vencen.
Que atontan que
Como nosotros
Penden de un hilo.
Palabras.

Facultad de Filosofía

Teatro ----> No dejeis de descargarla

La chica del diente partido miró al frente. Fumó un cigarrilo justo en la puerta, mirando a los estudiantes con gafas. Algunos enseñaban la ropa interior por encima de los pantalones, fueran estos largos o cortos. La piel de la chica de la camiseta blanca le hacía recordar la piel de Marta. Y el chico calvo era sin duda una sombra de lo que fue en otro tiempo.
Ahora que no sentía nada el día parecía ridículo. Lo único en lo que agonizaba un poco era en la sensación de pérdida, de tiempo muerto, de excoriación de su alma. La sublimación de todas sus emociones era tan sólo un recuerdo, un recuerdo lejano, pequeño y débil. El tiempo había pasado despacio pero de cualquier modo todo había sucedido muy deprisa.¿Y qué era todo? "¿Cual es la pretensión que tienes al decir TODO?"- se preguntó. Y se dio cuenta de que ese todo en realidad era también algo minúsculo e insignificante, con el tamaño necesario para hacerla volver a vivir pero con fuerza insuficiente para mantenerla con vida.
Un chico grande, con barba de muchos días, se acercó a ella y le preguntó la hora. Después miró el libro de Celan sobre la mesa y dijo algo así como "vaya, buena lectura" y la miró fijamente a los ojos. Sonreía. Ella también lo hizo, tímidamente y se sintió como una seta. Es decir, no sintió nada. "Es la astenia primaveral"- se dijo-"Esto se pasará, como todo siempre se pasa". El chico dijo "¿Puedo?" extendiendo la mano hacía el libro y ella "sí, claro" Y él estuvo pasando páginas y más páginas hasta que susurró "Mira, hasta aquí creo que no has llegado pero a lo mejor lo has leído" y le señala el libro abierto por la página 374.

Tu sombra rubia / Embridada con bocado flotante...

"Celan era un hombre triste"- dice, devolviéndole el libro a la chica del diente partido. Y tras una pausa- "Tú también pareces triste" Ella enmudece, él la mira una vez más fijamente. Ella no reacciona. Entonces parece que él se siente irónicamente desnudo, da media vuelta y se marcha, quitándole hierro al asunto con un "hasta luego" de lo más mundano.
Este tipo de cosas curiosas, como de novela, le suceden con frecuencia a la chica del diente partido. Ella no soporta parecer triste, pero puede que sí, que esté triste. Ha tenido que reconstruirlo todo de nuevo, y tras el pesado trabajo de inmunización vino de nuevo la infección y ahora tiene que combatirla con armas como la indiferencia y el sueño. Armas que han venido a ser como una consecuencia directa de la decepción. La tristeza es algo colateral, sencillamente siente el mundo apagado, nada la pone furiosa, no se siente celosa ni alegre. Todo da un poco igual. "Astenia primaveral"- se repite.
La chica con los brazos raquíticos es un ser repelente, sabiondo y de mirada inquisidora. Pero la chica del diente partido tampoco la odia. Otro chico parece, de espaldas y un poco de perfil, Joan. Ella se recrea en esta visión, recuerda el orgullo, lo bien que se sentía. Prefiere olvidar el resto. Una tía emperifollada, que no sabemos de donde sale, lleva los tacones de aguja más brutales que la chica del diente partido recuerda haber visto.
Son las diez de la mañana.
Otra chica pesa 45 kilos.
Una planta se muere en su maceta, en el centro del hall.

El chico de la barba vuelve al cabo de más o menos una hora. La chica del diente partido levanta la vista del libro y ve como extiende un papel hacia ella mientras dice "Me llamo Rafa, es mi teléfono. No es que te esté tirando los tejos ni nada, es que no se conocen muchas chicas que lean a Celan"
Y ella lo recoge y le dice:
"Gracias"

Aviador Dro

La única solución es la venganza----> Descargar

Que me queda si te encuentro con otro
que me queda si estás en los brazos de otra
que me queda si dices que estás y ya te has ido
que me queda si pido silencio y haces ruido
que me queda
que me queda
que me queda
que me queda

Que me queda si te ato y tu te sueltas
que me queda si te pego y me contestas
que me queda si discuto y tú no me entiendes
que me queda si te ataco y te defiendes
que me queda
que me queda
que me queda
que me queda

La única solución es la violencia
tratarte con la debida intransigencia
y cuando creas que al fin me has convencido
entonces te dare tu merecido

Debéis creerme, amigos
frente a un callejón sin salida
cuando así la situación lo requiera
debeís de devolver golpe por golpe
teneís que conseguir la disciplina
hay que conseguirla a toda costa
la única solución es la venganza amigos
la única solución es la venganza

Que me queda si digo negro y pides blanco
que me queda si odio el humo de tu tabaco
que me queda si bebo whiski y tú cerveza
que me queda si no sales de mi cabeza
que me queda
que me queda
que me queda
que me queda

La única solución es la violencia
tratarte con la debida intransigencia
y cuando creas que al fin me has convencido
entonces te dare tu merecido

La única solución es la venganza
la única solución es la venganza
la única, la única
la única, la única
que me queda
que me queda
que me queda
que me queda
la única, la única
la única, la única

Poema (Pinche usted en las imágenes o vuelva usted mañana)








Estoy tan sola por las noches
sin dormir,sin soñar,sin vivir en mi
quien quiere hacerme compañía
si quieres tu no tardes en llamar
Envidio a todas mis amigas
soy un volcan que está en erupción
Soy una estricta gobernanta
que busca a todas horas....


Me chifla está canción.
: )

Otra pequeña entrada en el diario fatal.

“ La gente no se atreve a decir que siente odio.
Pero el odio es una pasión más interesante aún que el amor”

Luis Landero.

El hombre vino y me sonrió. Asentía continuamente. Era simpático y guapo, con un peso de 126 kilos. Verlo con sus hijas me llena de satisfacción, eso pone una sonrisa en mi cara. Las niñas tendrán 13 años y son también enormes y con coloretes. Todos ríen y se tocan, juegan y no disimulan. Y yo quisiera formar parte de esa pequeña gran familia. Le pregunto la edad a una de las niñas. He pensado que tiene 12 y he acertado. Esta tarde me siento mejor. Puedo hablar y hablar con Guillermo y escribir tranquila, con cierta confianza en el futuro y con la seguridad que sólo puede dar el presente.
Proceso de extirpación. Molesto a ratos, doloroso a otros, insoportable a veces, liviano en las ocasiones en las que visualizo un futuro distinto en el que habrás curado la sífilis con penicilina y yo estaré enamorada de un poeta de anchas espaldas que me amará para siempre y con el que tendré algún hijo robusto, viajaremos en una caravana a la costa andaluza, leeremos al atardecer mientras el niño duerme tranquilo y al mismo tiempo tú follas sudoroso en cualquier hotelucho en Barcelona, Madrid, La Coruña o en culo del mundo. Yo ya te habré olvidado y tú a mi me olvidaste mucho antes. Ya no importará para ninguno de los dos. O incluso … mira, incluso mejor: Un futuro a cortísimo plazo en el que estoy sola y contenta. En el que me la suda todo y puedo incluso ser una buena amiga, azote de imbéciles y troleros.
La chica fea de gran nariz colorada mira alrededor todo el tiempo. Se sabe fea y le da vergüenza, quiere follarse a todos los tíos, la imagino taladrándose con algún objeto contundente por las noches, pensando en esos tipos de la fila con grandes cráneos calvos, con esos cogotes pronunciados y casi marcianos. El chico universitario (ha tenido a bien hacerme saber que estudia químicas supongo que pretendiendo distinguirse del resto de humanoides que pululan esta tarde por aquí) es sin duda el más interesante tan sólo a la vista. Es curioso como en este pueblo la mayoría de los hombres tienen el cogote pronunciadísimo y las mujeres son jodidamente feas. Ellos tienen los cuerpos pequeños (los gigantes de antes fueron la excepción yo que creía que esta tarde iba a divertirme)
Cuando rabio soy un peligro. Me gustaría poder coserme la boca, pero eso nunca se me ha dado bien. Pese a todo me reprimo. Por eso de pronto surgen blogs secretos como setas donde descargarlo todo porque … alguien habrá de leerlo, si no ¿qué sentido tiene escribir sobre ello?
Cuando pasan estas cosas llego a conclusiones como que por ejemplo confundo el amor con otras cosas que no tienen nada que ver, como la adoración o el deseo. Yo creo que cuando amas a alguien siempre has de desearle lo mejor, pero por lo que sea a mi me resulta imposible, así que supongo que en realidad no se trata de amor lo que me duele si no una “tocada de cojones” lo que me molesta. Y eso que no tengo, gracias a dios, estos atributos pero creo que es una frasecita bien gráfica que explica muy bien el inicio de la temida sensación: la rabia.
Algún día seré vieja y fea y no quiero seguir perdiendo el tiempo con tonterías. Así que voy a tratar a partir de ahora (y sirva este pequeño texto como confesión) de olvidarme del tema y seguir como si nada. Tengo por seguro que lo conseguiré. Mañana estaré mejor. El fin de semana me voy de viaje a un precioso pueblo de Alicante donde pasearé, fumaré hierba, escribiré y estaré tranquila y en paz conmigo misma. También follaré (información adicional) pero por placer y no por despecho. Por gusto y no por rabia. Estaré bien, las cosas van a cambiar, y yo estaré bien. Posiblemente tú estés todavía mejor pero me temo, querido, que la autoestima del ego es algo tan efímero como un cigarrillo encendido entre los dedos. Y cuando caiga (dios no lo quiera) esa colilla no voy a estar ahí con mi encendedor plateado dispuesta a darte fuego de nuevo.
Hay decisiones con las que uno debe ser implacable. A mi me cuesta mucho, siempre he sido indecisa y siempre dejo las cosas para última hora. Cuando ya no hay más que hablar, cuando no se puede más, tiendo a llevarlo todo al extremo, algo que no es muy funcional. Pero bueno, poco a poco voy a aprendiendo. Y comprender desde este pueblo perdido en un Valle, a muchos kilómetros de la ciudad que lo que me mueve en este caso no es otra cosa que el orgullo herido, todo deja de tener tanta importancia y me lo tomo como algo que habré de solucionar. Si la sangre hierve al final se convierte uno en una tapa de bar. Y no queremos eso, safrika, no queremos eso.
Un problema mío, que apenas tiene que ver contigo. Casi lo mismo que explicaba en este poema que sigue, pero al revés.


Cuando tú te marchas mi reflejo nunca acaba de ser el mío
Trato de recomponerme, como un puzzle promocional
En un vertedero, con las piezas grandes, rudas, de cartón malo.
Y por muy rápido que escriba
…………..Por mucho que escriba,
…………por muy oscuro o fugaz que sea ………………….lo que escriba
Nunca es suficiente para salvarme, ni por su luz ni por el nervio que imploro.
Ni por el hierro en la sangre ni por la sordidez ni por ese gesto, ¡por favor!
Cuando doblas un poco la cabeza recién salido de la ducha y echas
El cabello mojado a un lado
Me parece ver a dios, y no tiene nada que ver contigo, creo.
Soy yo.
Esas visiones me salvan de la asfixia.



Y es que no me importas tanto. Soy yo, soy yo la que SE importa. Por eso no tolero más nada de todo este circo con muchos muchos muchos… demasiados payasos.

A modo de pequeña entrada en un diario fatal

Vigas de madera y yo. Bajo todas ellas, yo.
Bocadillos variados y yo. Mesas de todos los tamaños y yo. Botellines de agua y yo. Bolsa de basura gigante y yo. Sangre y yo. Un médico y yo.
Un AVISO: Todo aquel que no sea socio que se abstenga de utilizar las mesas. Si eres responsable respeta este centro como tu propia casa.
La chica es educada, se pasea arriba y abajo: Buenas tardes, buenas tardes, buenas tardes.
Alguien está tumbado y respira agitadamente. Desde aquí no alcanzo a ver su rostro, tal vez esté muriendo y aquí nadie se da cuenta. Mi cabeza sufre cada pocos minutos un terrible pinchazo en la sien.
Ahora mismo tengo la impresión de haber perdido algo valioso e imprescindible, pero no sucumbiré. Sólo necesito dormir. Muchas horas. Imprimirme las sábanas en la piel, buscar compañía de paso, arroparme bien con calor y humedad. Ver cine clásico, (Las uvas de la ira, Perdición, Encadenados) acabar de leer a Celan para después empezar de nuevo, comprar nuevos cómic de Crumb (Esto debe ser YA. Me hace reír mucho y olvidarme de todo)
Me duele la cara, el rostro, toda la parte derecha. Me duele y quisiera estar ya en casa. Ha pasado una hora, todavía quedan cuatro.
El texto es malo, no escribo con pretensiones, sencillamente lo hago como podría pensarlo. Tampoco son pensamientos profundos. En realidad apenas pienso. Actúo y la cago. Me paro en el detalle de lo que los demás obtienen de mi.
Quiero el libro de Marta Tikkanen y tendré que comprarlo, pronto, tal vez mañana.
Quiero desaparecer y largarme en julio a Bolivia. Ojala pudiera dormir hasta ese día. Esto no es una confesión, ni siquiera se parece.
Tampoco es un grito de auxilio ni tiene el menor interés.
No sabría qué hacer si no escribir sobre la tarde que se avecina, los clips que deformo con los dedos cuando no estoy tecleando, escribiendo algún poema.
A veces pienso que yo tendría que haber nacido en otra época, en el pasado. Otro lugar donde las cosas no fueran tan superficiales y necias. Algo que escondiera cierto misterio todavía. Un lugar donde habitar de algún modo un presente armonioso, donde estuvieran claros ciertos roles y ciertas posiciones que ahora mismo se mezclan en mi cabeza hasta casi hacerla estallar.
Quiero ser una chica moderna, bueno creo que soy una chica moderna. Decir eso ya suena mal pero vamos, quiero decir: No estoy cerrada a nuevas experiencias, más bien al contrario, no estoy cerrada a nuevas experiencias de ningún tipo. Pero se me escapan cosas. Hay cosas que no me interesan y que no quiero en mi vida. A lo mejor es que he madurado, puede ser eso.
Pero hay cosas que no quiero en mi vida.
No quiero ser segundo plato, he pasado la adolescencia, si digo adiós suele ser para siempre y si digo hola estoy dando de verdad la bienvenida. No me gustan las medias tintas ni las mentiras. Adoro los pantys de rejilla y a la gente amable, sincera, que da importancia a lo que de verdad es importante. Odio la mediocridad y los coches nuevos, también a sus dueños, que parecen atacados por un mal ridículo y extremadamente poco práctico.
Me enferman las Web de contactos. Escaparates de carne. Al parecer funcionan. Es fácil. Nadie va buscando maridito ni mujercita, sólo follar. Saben. A eso se reduce todo. A follar. Follar es lo más.
Por follar uno puede mandar a la mierda toda una vida. Por follar uno puede engañar, sucumbir a la más pura tristeza o venderse por cuatro céntimos de euro. Regalarse a la nada.
No quiero darle tanta importancia, en realidad es sólo sexo. Me molesta que me cambien por algo tan poco valioso. En comparación con.
No tolero la suficiencia de algunos intelectuales ni la falta de imaginación sexual que suelen tener.
No soporto la ley del embudo aunque suelo aplicarla en mi beneficio. (Seamos sinceros, esto llega a ser exasperante incluso para mi misma)
Debería dejar de escribir. Me duele mucho la cabeza.
Una vaca se acerca a la flor, va a devorarla. Es al mismo tiempo bello y triste.
Me suelen echar para atrás los hombres que tienen mucho pelo en los dedos de las manos. Las chicas muy pálidas con los ojos muy abiertos (suelen caerme mal) y las mujeres gruesas que van a la iglesia y coleccionan figuritas me ahogan de pena. Cuánta gente torpe hay en el mundo, qué poco piensa esa masa uniforme y de color carne. Qué violento me resulta mirar a los ojos de esa mujer con la mochila del encuentro de las familias con los colores del Vaticano sin vomitar sin blasfemar. Es un prejuicio automático y posiblemente no equivocado. Qué feos me parecen casi todos los hombres.
¿Estaré dando rienda suelta al monstruo de nuevo?
Verás, estoy tan decepcionada. Tan sumamente decepcionada. Es ese tipo de decepción que se siente en la barriga y sube hacía los brazos y la garganta. Crees que si empiezas a llorar no podrás parar nunca así que decides soñar con cosas agradables y dedicarte al libre pero aséptico fornicio. Es ese tipo de decepción gris, que no adicionará ya nada más que trozos de destino muertos, o pequeños resquicios de ventaja. Pues una pérdida siempre es una ganancia en otro aspecto o para otro alguien. Menor o no, lo es.
Es esa decepción inmaculada de quien no quiere investigar y no quiere pensar más allá del segundo que ahora se come. Es esa decepción inútil que acabará también muerta. Es como mirar a la cara a alguien y no reconocerle, no querer siquiera reconocerle. Preferir estar en otro lugar en otro mundo incluso bizqueando incluso traspapelando todos los documentos y la vida entera.
Todo a cambio de no sentirla.
Vaya, y yo misma fabriqué todo el escenario para que esto sucediera. Uno pone todas esas cosas al servicio de la destrucción.
¿Sabéis esa sensación de dolor en la piel? Sólo el roce más minúsculo provoca una molestia y un dolor realmente terrible. Es como una hipersensibilidad. Así está mi sien. Me molesta la luz.
Quiero dormir, dormir, dormir.


Y no pienso meterme en el tupperware, que viene el verano.

Cartón cartón cartón
el cartón y la piedra, formando el hueso. Comprometida
con los peces de piscifactoría, inhalando vellosidad y furia
siempre con esa sonrisa casta.
................. Inhalando
teclas y muertos, macerados y extraños, en sus botes en sus
féretros, siempre inalcanzables. Hay un sueño
tengo un sueño, con unas niñas, UNA NIÑA SE DESLIZA
esa niña.............................................................soy yo
calzo zapatos extraños he venido a acabar con todo.
Se pudre la paliza en mis dedos. Se pudre
la ira en mi cara, quema quema quema
avisen a los bomberos.
Si alguna vez vine, ahora quiero marcharme.
Si dije que me quedaría, mentía.
También mentía cuando dije
love cuando dije perro cuando dije suerte
y cuando dije hijos y cuando dije nunca.
Por el pasillo el agua, es un mar y es agua sucia.
ES SIN PRECISIÓN NINGUNA
el ruido de algo al freírse. Mi ruido al reírme.
Patalea la estación, quiere matarme.
Lo he comprobado, siempre lo hace así, primavera, primavera
salón húmedo, tengo una raja. Aquí.
Meta su carta, haga buzoneo.
Los hombres que ocurrentes vienen a decirme
nena, guapa, quedamos, inteligente mujer de
cabello rojo y cálida, cálida
caliente, cálida
v o l c á n i c a
todos esos hombres, ¿sabes? tienen pedazos,
trozos de mi en su interior, pedazos de carne
indigerible.
Cuadros fotos teléfonos que suenan, la poesía no es
el abismo, tú eres el abismo.
Tú eres el abismo.
Tú.
Tú.
Tú eres el abismo.
Sácame de aquí, lejos de
los ladrillos en su ladrillera
las viejas en su crimen de
patio comunitario
el agua inunda mi casa inunda mi casa inunda mi casa
agua
AGUA
No tengo miedo, sólo tengo anillos que estrangulan mis dedos
y ganas de saltar, de decir NADA.
sólo saltar, saltar. Decir NADA.
Sólo puedo concebir un lugar mejor para ti y es
la suela de mis zapatos, de mis zapatos.
Negros.
Con los que salía a bailar a esa disco gay.
Ah ! y cómo te quería!

El mal poema necesario

En el sofá, son las cuatro y tres
El ordenador sobre las piernas.
Hace frío y aunque las ventanas están cerradas.

Me he desprendido de la calidez.
De algunos tratados, de batas de laboratorio,
del mundo perfecto.

Regalé una bolsa con algunas cosas.
Camisetas, libros, poemas, orificios.
Calor, el rincón en la cama del suelo.

Esas postales.

Y en la televisión, todo es lo mismo.

Pienso en Judas y en territorios muertos
en sacos de saliva y pequeñas interrogaciones inertes
me rozo las piernas, suaves, me miro al espejo
me engaño con el tensiómetro y con
los cabellos rojos de ese chico.

Pienso en la página doblada, en El Danubio,
en que tendré que perder algunos kilos
y preparar el viaje a Bolivia
Pienso
en la masculinidad y la feminidad
aquel libro prestado de Morris
en el aire denso mojado en estas gotas que recogen
los cacharros de cocina.

Pasó ayer

Tuve la ocasión de tocar aquello
y cuando lo que tocas nunca
se convierte en oro
mejor
dejar de llenar de aire el aire.

Noctámbula también en domingo.

La botella el lienzo el escudo las armas el pelo rojo la piel blanca
La extrañeza con la que el poeta mira, la calidez de las manos sobre el muslo
La oscuridad en la que lloran miles de niños y duermen y roncan
esos hombres pesados que guardan en sus barrigas desolación y quinielas
O los que bombean sobre su mujer o contra ella buscando un pecho con los dedos
Exprimir pezón, soldar el amor con la saliva, qué importa por qué cuándo cómo.
Esta noche las colillas comienzan a tener nombre y las
Furiosas aves, imprevisiblemente nocturnas se cuelan en mi cocina
comiéndoselo todo
La traición sutil amenaza en cada palabra y en cada gesto
La perplejidad con que miro su pobreza de espíritu y lo gráfico de un brazo
dibujado sobre la almohada.
La mudez del mudo, la sordera del sordo, la bayeta plegada, las monedas esparcidas
El mantel sucio bragas fuera el cardenal la llave
el suspiro inmediato como un semáforo ardiendo, parpadeando en su soledad de paso de cebra.
En la calle una mujer grita y escupe a un lado como un viejo que ha perdido los dientes y sólo quiere
Morir delicadamente o morir como sea.
Las maletas vacías, llenas desde ayer de vastos rincones de mis absurdas maneras
sucias y pequeñas, que debían abandonarme. Quise que se fueran
La noche de domingo como un cadáver un estertor un aliento último y de sonido inolvidable
La lluvia bajo las ruedas, las ventanas amarillas, los aparatos de gimnasia, el protector labial
La singularidad de mi rostro perfecto reflejado en un vaso y el joven que dormiría adherido
A mi
Si yo quisiera.
Estos
cuerpos se parten por la mitad, la gravedad es una broma,
La distancia nos salva de perecer lentamente, o nos ahoga con el hueso en la garganta.
No existe nada que pueda ahora hacer, nada que quiera que hagas.
Sólo te pediría que por una vez, por una vez, por una maldita vez.
Dejaras de sacudir la cabeza y de emitir esos sonidos guturales y de espantarme con tu miedo
Y tu desdén de moribundo ocioso.
Que acabaras por destaparte en una estancia hueca, que encajaras tu mandíbula en cualquier boca
Que te convirtieras en caballo hinchado el miembro y que
Fueras feliz.
Feliz en la ignominia en la chatarra en el ideal en la tempestad en la carretera.
Feliz en el suelo en la tierra en la miseria en la trastienda de una tienda feliz
En el agua sin mi en la ciudad condal en la riqueza en neptuno enfundado en una gabardina
Sometido a los recuerdos que se burlan pegados como chicles en el pelo en las manos pestañas
Feliz.
Y si esto que me está atacando es lo que creo que es, incluso rezaría
Por estar equivocada.
PERO
La papelería guarda papeles no podía ser de otra manera.

Palabras que no nos gustan.

Dicotomía. Realidad. Arritmia. Procesar. Ajenjo. Raquítica. Enclenque. Bótox. Enjundia. Idiosincrasia. Hiperventilar. Colación. Miedo, ansiedad, lexatín, bajón, sola, gorda, siempre, otra. Madrastra, hijastro, mujerzuela, epíteto, bofe, cachicamo, sarro. Reglosa. Hermenéutica, Diacrónico y sincrónico, epocal, epistémico/ca. Padre, Madre, Pescado. Instruir, pollito, anémona, libertinaje, zozobra. Pretension, desproposito,recelo, celos, posesión, cargo, despedidga, grande, dependencia, soledad, menosprecio, descompás, murmullo, barullo, .....ismo. Referente. Hagiografía. Solidario. Válido. Implementar. Proyecto. Orgánico. Felicidad. Zote. Crematístico. Cuchipanda. desilusion, desamor, rutina, hipocresia, maltrato, ansiedad, depresion, vacio, muchedumbre, hambre,























Dime tus palabras odiadas pinchando aquí, voy añadiendo las que me enviais.































































































































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